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martes, 14 de noviembre de 2017

Regresa la discusión sobre el uso de armas de fuego en Estados Unidos de América


 


Antonio Jiménez Díaz


El domingo 5 de noviembre del año 2017, se presentó otro suceso que manchó de sangre una comunidad de los Estados Unidos de América. En esta ocasión, una iglesia ubicada cerca de San Antonio, Texas, fue el lugar donde una persona, la cual fue identificada como Devin Kelley, abrió fuego en el interior de ese centro religioso y provocó la muerte de 26 personas y decenas lesionadas.



La historia de los Estados Unidos está marcada por hechos sangrientos, en los cuales, personas con muy fácil acceso a las armas de fuego, se aprestan a disparar en centros religiosos, educativos, comerciales, de entretenimiento, etc.

Según información estadística publicada por el Diario el País, Estados Unidos de América ha vivido diversos episodios, muchos son cubiertos por los medios de comunicación y otros no tan difundidos. Así, en el año 2017, han acaecido 11,652 personas en tiroteos, frente a 15079 en el año 2016, 13,500 en el año 2015 y 12,571 en 2014. En lo tocante a lesionados, en lo que va de 2017, han resultado afectadas 23,516 personas, por 30,615 en el año 2016, 27038 en 2015 y 23,019 en 2014. Por número de eventos con más de cuatro muertos, en 2017 se han presentado 273, por 383 en 2016, 333 en 2015 y 274 en 2014.

El hecho que ha dejado un saldo mayor de personas fallecidas fue el ocurrido recientemente en la ciudad de Las Vegas, Nevada con 58 personas. 

La Constitución de Filadelfia, publicada en los Estados Unidos de América en 1787 carecía en su texto original del reconocimiento y respeto a derechos esenciales, sin embargo, cuatro años más tarde, se publicó un bloque de enmiendas, en las cuales se incluyeron los derechos específicos a favor de los norteamericanos. En ese sentido, las diez enmiendas, conocidas como el Bill of Rights fueron ratificadas el 15 de diciembre de 1791. Dentro de ese decálogo, se encuentra la Segunda Enmienda, la cual literalmente dispone: Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas. 

Es digno de análisis el contenido de la enmienda en cuestión, ya que se puede apreciar del dictado de la norma, su objeto esencial, la seguridad de un Estado libre, el cual se consigue a través de dos caminos, una milicia bien ordenada y, la reserva poblacional como factor de defensa de la integridad del territorio.

Así, el objeto de la norma jurídica parece estar en cuestión, ya que los habitantes de los Estados Unidos de América cuentan con el derecho de poseer armas para defender a su país, más que para la defensa de su propia vida, patrimonio o cualquier amenaza, situación que per se, genera rechazo y, por otra parte, muchos correligionarios que se siguen por el camino de la preparación para la defensa.

En el caso mexicano, se reconoce también el derecho constitucional a poseer y a portar armas de fuego, ello en el artículo 11 de nuestra Constitución.

La violencia causada por el uso de armas de fuego en Estados Unidos de América y en México presentan diferentes causas de origen, en el caso mexicano, agentes que controlan la venta y consumo de drogas utilizan armas como herramientas para conquistar territorios o, para defender los que les pertenecen. En el caso norteamericano, además de los distribuidores de drogas, se encuentran las personas civiles, jubilados o miembros activos de las fuerzas armadas quienes usan la enmienda, como justificación de su uso.

Ambos países tienen tareas pendientes muy complejas, la lucha contra grupos delincuenciales organizados, en cuanto al mercado negro, la corrupción sistematizada de las autoridades encargadas de establecer controles y, en particular la revisión de perfiles médicos y psicológicos para que quienes obtengan la autorización para poseer o portar armas de fuego, con el inminente riesgo de provocar tiroteos o el uso por menores de edad.



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