Mercedes
Imelda Avalos Ruiz
En
nuestro país, se procura constantemente mejorar la Educación, fundamentar en
ella el progreso del país, sin embargo; la población en su gran mayoría,
desconoce en buena medida lo que implica eso de la calidad, así como deberes y
derechos de los ciudadanos al ser parte activa de una institución educativa.
Para
ofrecer algo de información al respecto, enfocaremos la atención por ésta
ocasión a la manera en que está organizada y fragmentado cada uno de sus
niveles, independientemente de que sea un organismo particular, estatal o
federal.
En la
actualidad, a pesar de que no existe la obligatoriedad para Educación Inicial,
se considera como relevante su impacto en el proceso de desarrollo y educativo
de cualquier individuo, en especial de las generaciones que forman parte de los
habitantes que nacieron en las últimas 2 décadas y con más vehemencia en la
última, la cual se ha visto fortalecida por la necesidad de incorporación de
las madres de familia al ámbito laboral y profesional. Éste nivel es el que se
ofrece en las mal denominadas “guarderías”, en las Estancias Infantiles, Centros
de Desarrollo Infantil (CENDI) o cualquier otra denominación que se le asigne a
los establecimientos que atienden menores de 4 años.
A pesar
de lo que ha evolucionado éste nivel educativo y favorecido a la sociedad en
general, hay niños en la actualidad que no acuden a ella, sino que inician su
ingreso a la educación formal al entrar a preescolar, al jardín de niños, de
infantes o al kinder, como coloquialmente se les dice a las entidades que
trabajan con los pequeños de 4 a 6 años de edad, donde el abordaje de
contenidos se enfocan a estimular aspectos de su desarrollo motor, físico,
intelectual y emocional, de manera tal que incitan su incursión a la sociedad
de una manera más amable y productiva, aprendiendo valores que favorezcan las
relaciones humanas y su intelecto para un beneficio propio, desarrollando sus
habilidades y capacidades a través del juego y muchas otras estrategias
propicias.
Después
de los 2 años obligatorios de preescolar; al cumplir los 6 de edad, los pupilos
pueden ingresar a la escuela primaria, la cual, como todos sabemos, comprende 6
años de estudio, en donde, aprovechándose de los saberes previos de los
educandos, amplían los conocimientos y habilidades adquiridos en inicial y
preescolar, agregando a ello contenidos disciplinares de las diferentes
asignaturas fundamentales que enriquecen sus acervos y son aplicables a la vida
cotidiana; estos se encuentran organizados incluso desde preescolar en Campos
de Formación, tales como: Pensamiento Matemático, Lenguaje y comunicación,
Exploración y comprensión del mundo natural y social y Desarrollo personal y
para la convivencia, establecidos estos en el Plan de Estudios vigente.
Considerando la relevancia que tienen en la vida de cada individuo, se trabajan
en todos los niveles, con especificaciones propias de acuerdo a la edad de los
estudiantes.
Con un
cúmulo de conocimientos un poco más amplios ingresan al nivel secundaria, en
que los 3 años que la comprenden se abordan los mismos Campos de Formación, donde
los docentes deben de aprovecharse de las características de cada espacio
geográfico, los recursos con que cuenta la escuela, el apoyo de los padres de
familia y la disponibilidad, interés y capacidades de sus alumnos. Al final de ésta
etapa, deben de salir preparados para ingresar al nivel bachillerato, el cual
se encuentra en proceso de ser considerado dentro de la educación básica y de
igual manera trabajan de forma muy semejante los mismos campos antes
mencionados.
Es
conveniente aclarar que, independientemente el nivel de cada institución, ellas
mismas se pueden clasificar entre urbanas, rurales, metropolitanas,
semiurbanas, de acuerdo a su ubicación geográfica. También por su organización
puede ser unitaria, bidocente, tridocente o de organización completa,
dependiendo la cantidad de maestros que ejercen en ella. Y, finalmente, también
de acuerdo a la dirección a la que se encuentran adscritas, pueden ser
Federales, Estatales o Particulares, aunque todas deben de estar incorporadas a
la Secretaría de Educación Pública.
Todo
esto encierra lo que es la Educación Básica y muchos otros aspectos que no se
aluden de momento. Pero, considero que para ofrecer sólo una pincelada al
respecto, con esto es más que suficiente en éste instante. Lo relevante es
percatarnos cuál es el periodo educativo obligatorio para los menores en la
actualidad y la necesidad de participar todos en su proceso formativo,
asumiendo cada quien la responsabilidad
que nos corresponde, como padres de familia, maestros, tutores y siendo parte
de la sociedad que pretendemos que mejore en base a estos procesos.
*Asesora
en el Centro de Actualización del Magisterio
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