>Un
momento por favor
J. de
Jesús Juárez
En la
época medieval el Cristianismo se fortaleció, la Iglesia, al
liderazgo religioso suma el político en Europa su poder es casi absoluto. Así
llega el Siglo XVI con la turbulencia de los grandes viajes, descubrimientos y
modos desordenados en las cúpulas de poder, así se inicia lo que conocemos como
la Reforma Protestante hace 500 años, rompiendo la unidad religiosa europea
continuará la Contrarreforma y una lucha por convencer con sus principios
religiosos, cada vez más religiones con etiqueta de autenticidad, verdad, fe y
esperanza con el apoyo de algunos Reyes.
Tomás
Moro fue admirado y reconocido por su proverbial amabilidad y humanismo en
Inglaterra y Europa, después de su muerte, más reconocido por su inquebrantable
fe, víctima de la soberbia y la rencor de Enrique VIII para su eficiente
Canciller, el reciente final de la época feudal insostenible de los
señores feudales, cobran importancia las profesiones liberales, comerciantes,
importadores, exportadores, abogados en esa búsqueda hegemónica socioeconómica
de las nuevas sociedades europeas, sociedades de cambios, contrastes
sociales distanciamientos abismales y lacerantes desigualdades, de encuentros o
desencuentros, exploración, conquista y explotación de América del siglo XVI.
Santo
Tomás, hombre de su tiempo, de acciones y hábil político, amigo de Erasmo
de Roterdam, Uno autor de Utopía, el otro del Elogio a la Locura,
y Vasco de Quiroga el Tata de los purépechas, sorprendido por Utopía, más
bien por la finalidad, de la convivencia y fraternal vida, llegó a intercambiar
correspondencia y apoyos mutuos en su obra social con Tomás Moro.
El
depuesto Canciller frente a su sentencia de muerte, afronta el destino,
con serenidad, porque él sabía que sería el encuentro con Cristo Jesús, porque
su honradez, servicio, lealtad a su fe: Así dejando un modelo de autoridad con
ética, muere el ex Canciller destituido.
“Hacia una política con Espíritu” nos presenta algunas enseñanzas y parte
del proyecto idealista del jalisciense D Efraín González Luna en una glosa
clara, sencilla en su lectura y firme en las aspiraciones al acceso del
poder en México para su reconstrucción en beneficio de todos los
mexicanos con responsabilidad moral a mediados del siglo anterior, con la
corresponsabilidad ciudadana de coordinación, que todos los ciudadanos sin
mengua de su libertad racional participen de la construcción de justicia
social. Durante el proceso histórico de la humanidad no ha existido un sistema
justo, actualmente los gobiernos liberales y socialistas no han buscado como
objetivo el bienestar común, tal vez, busquen acuerdos entre intereses
opuestos, cumplimiento a las leyes, acatamiento a principios de estado
vocacionados al fracaso, porque los errores postran de hinojos a los más
necesitados y siempre habrá voces que claman en el desierto por la
reivindicación en una gestión ajena a la moral.
Don Efraín no tuvo
mención alguna del sombrío dominio de la tecnología sobre la naturaleza
porque no era evidente el ataque devastador ecológico actual, por
motivos mercantiles en favor de empresas y apoyados por decisiones políticas.qu
favorece a los poderosos, porque se busca el crecimiento económico,
no un crecimiento sostenible, los resultados positivos son para la minoría, hay
poco respeto para en patrimonio social; playas, mares, bosques, agua, hidrocarburos,
minerales se ajustan a un artículo 27 invalidado para defensa de nuestra
riqueza. Es importante abandonar las ideas que condujeron a la humanidad a
destruir en pocos años, lo que la naturaleza forjó en millones de años, el
hábitat favorable para la vida humana. Poner un alto a la destrucción del medio
ambiente, proteger el medio ambiente, porque la naturaleza tiene la fuerza
suficiente para restituirse, no la ataquemos, no la destruyamos.
El
Biblia es el libro histórico, religioso del pueblo de Israel y ahí está la
Palabra de Dios a su pueblo que guía personal y grupalmente en la fe sentida,
vivida, desde la familia y universalmente. Las enseñanzas bíblicas
respetando la historia y la cultura del mensaje universal, y haciendo las
aplicaciones a nuestro tiempo, con honestidad y sencillez, serían una
referencia sociopolítica organizacional. El legado de Tomás Moro y el Lic.
Efraín son políticos cristianos tocados por la Palabra y que trataron de vivir
principios de solidaridad, orden, asistencia con justicia y respeto en las
relaciones.
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