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martes, 28 de noviembre de 2017

El Buen Fin

           

Samuel Gómez Patiño
             


La semana pasada les comentaba de los antivalores, pues bien ahora lo vamos a ver desde el punto de vista de las empresas.



            Cuando por primera vez el gobierno instituyo el programa del Buen Fin, lo hizo precipitadamente, de tal manera que ni las empresas pudieron aprovecharlo al máximo ya que no estaban preparados para poder ofertar algo espectacular porque además se estaban preparando para las fiestas decembrinas y, por otra parte tampoco el consumidor estaba preparado ya que no contaba con los recursos económicos mientras que el gobierno pregonaba un adelanto de los aguinaldos para el sector público instando a las empresas a hacer lo mismo, pero no cumplió y las empresas tampoco lo adelantaron.

             Hasta la fecha esta actividad promovida por el gobierno y llevada a cabo por algunas empresas me ha servido para tratar de hacer de mis alumnos un consumidor inteligente-responsable. La tarea del “Mito del Buen Fin” consiste en acudir por equipo a diversas tiendas de la localidad en el mes de octubre y escoger por lo menos tres artículos que consideren que se van a ofertar en noviembre registrando los productos y sus características como la marca, el tamaño, el precio de octubre (incluso si hay promoción), la tienda donde lo ofertan y, posteriormente en la semana del Buen Fin regresan a comparar sus productos y las ofertas.

            Le llamo el “Mito del Buen Fin” ya que nos gusta criticar que le suben los precios a los productos para luego ofertarlos al precio inicial o, solo ponerle oferta del Buen Fin y los clientes los compran creyendo haber obtenido el mejor negocio. Por cierto, que te permitan pagar a meses sin intereses no es una oferta sino una forma de pago, algunos compran de forma diferida a 12 meses y a vuelta de año apenas están terminando de pagar cuando ya aprovechan las siguientes “ofertas” y es cuento de nunca acabar.

            Si bien es cierto que algunas empresas se esfuerzan por ofrecer buenas ofertas también es cierto que otras siguen engañando a los consumidores que son indolentes para investigar y en caso de darse cuenta del engaño a denunciar, ya que en México tenemos la cultura de la queja más que de comprobar y acercarnos a las autoridades para castigar a quienes nos engañan. En fin, aquí es donde te comento que para las empresas sería un antivalor de engañar a los clientes con productos de dudosa calidad o alterando los precios de tal manera que se aprovechan del consumidor al fin y al cabo las autoridades no hacen su chamba ya sea porque no tienen el personal suficiente, por omisión y en algunos casos por la corrupción.

            He tenido la oportunidad de escuchar alumnos que trabajan en estas tiendas, otros que hicieron la investigación y hasta amigos y parientes que me han platicado de las malas prácticas de las organizaciones, en la jungla de la competencia es más importante ganar a costa de tus consumidores en lugar de hacerlo gracias a ellos.

            El consumidor tampoco hace su tarea, no verifica que sea una verdadera oferta. Por cierto, sigo a Sonia Sánchez Escuer y su columna “Blog & Lana” (https://www.blogylana.com) y comenta al respecto de las ofertas que estas deben ser de por lo menos el 30% sobre el precio base, que si no es así no representa un ahorro significativo, entonces cuando encuentras descuentos del 5%, 10%  o 15% es irrelevante el ahorro, en cambio un 40% o 60% significa que realizas una buena compra.

            Ya viene “Navidad y sus posadas” y ya está instalada una pequeña ciudad en mi casa que desde el año pasado dejo de ser pueblito ya que consta de un Wal-Mart, es una tradición que inicie hace años comprando casas de luces y figuras que ahora se conforman de casi 25 casas, tiendas, escuelas, iglesias, faros y figuras que ocupan tres mesas para acomodarlas y pequeñas casitas que le dan una vista espectacular con sus luces y movimiento con los bailarines, juegos y tren que alrededor de ellas se pasea.

            Pero no crean que gaste mucho en ellas, ya que he aprovechado las ofertas de fin de año. Tengo una figura completa de casas pequeñas con luces y una pista de baile que da vueltas con sus habitantes y música, la primera vez que la vi fue en una Comercial Mexicana hace algunos años y el precio era de 1,500 pesos, pacientemente espere que pasará el 25 de diciembre y regrese a la tienda y la encontré en 350 pesos, un ahorro del 75%; de esa manera ha ido creciendo mi pueblito hasta convertirse en una pequeña ciudad por lo que este año está llena de carritos prueba del tráfico que toda ciudad sufre.

            Si queremos mejorar nuestro país, debes ser un consumidor inteligente y responsable.  

            La próxima semana, y siguiendo con “El Buen Fin”, “este producto es mio”
             
              Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana

Universidad Autónoma de Baja California

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