Samuel Gómez Patiño
La semana pasada les comentaba de
los antivalores, pues bien ahora lo vamos a ver desde el punto de vista de las
empresas.
Cuando
por primera vez el gobierno instituyo el programa del Buen Fin, lo hizo precipitadamente,
de tal manera que ni las empresas pudieron aprovecharlo al máximo ya que no
estaban preparados para poder ofertar algo espectacular porque además se
estaban preparando para las fiestas decembrinas y, por otra parte tampoco el
consumidor estaba preparado ya que no contaba con los recursos económicos
mientras que el gobierno pregonaba un adelanto de los aguinaldos para el sector
público instando a las empresas a hacer lo mismo, pero no cumplió y las
empresas tampoco lo adelantaron.
Hasta la fecha esta actividad promovida por el
gobierno y llevada a cabo por algunas empresas me ha servido para tratar de
hacer de mis alumnos un consumidor inteligente-responsable. La tarea del “Mito
del Buen Fin” consiste en acudir por equipo a diversas tiendas de la localidad
en el mes de octubre y escoger por lo menos tres artículos que consideren que
se van a ofertar en noviembre registrando los productos y sus características
como la marca, el tamaño, el precio de octubre (incluso si hay promoción), la
tienda donde lo ofertan y, posteriormente en la semana del Buen Fin regresan a
comparar sus productos y las ofertas.
Le
llamo el “Mito del Buen Fin” ya que nos gusta criticar que le suben los precios
a los productos para luego ofertarlos al precio inicial o, solo ponerle oferta
del Buen Fin y los clientes los compran creyendo haber obtenido el mejor
negocio. Por cierto, que te permitan pagar a meses sin intereses no es una
oferta sino una forma de pago, algunos compran de forma diferida a 12 meses y a
vuelta de año apenas están terminando de pagar cuando ya aprovechan las
siguientes “ofertas” y es cuento de nunca acabar.
Si
bien es cierto que algunas empresas se esfuerzan por ofrecer buenas ofertas
también es cierto que otras siguen engañando a los consumidores que son
indolentes para investigar y en caso de darse cuenta del engaño a denunciar, ya
que en México tenemos la cultura de la queja más que de comprobar y acercarnos
a las autoridades para castigar a quienes nos engañan. En fin, aquí es donde te
comento que para las empresas sería un antivalor de engañar a los clientes con
productos de dudosa calidad o alterando los precios de tal manera que se
aprovechan del consumidor al fin y al cabo las autoridades no hacen su chamba
ya sea porque no tienen el personal suficiente, por omisión y en algunos casos
por la corrupción.
He
tenido la oportunidad de escuchar alumnos que trabajan en estas tiendas, otros que
hicieron la investigación y hasta amigos y parientes que me han platicado de
las malas prácticas de las organizaciones, en la jungla de la competencia es
más importante ganar a costa de tus consumidores en lugar de hacerlo gracias a
ellos.
El
consumidor tampoco hace su tarea, no verifica que sea una verdadera oferta. Por
cierto, sigo a Sonia Sánchez Escuer y su columna “Blog & Lana” (https://www.blogylana.com) y comenta al respecto de las
ofertas que estas deben ser de por lo menos el 30% sobre el precio base, que si
no es así no representa un ahorro significativo, entonces cuando encuentras
descuentos del 5%, 10% o 15% es
irrelevante el ahorro, en cambio un 40% o 60% significa que realizas una buena
compra.
Ya
viene “Navidad y sus posadas” y ya está instalada una pequeña ciudad en mi casa
que desde el año pasado dejo de ser pueblito ya que consta de un Wal-Mart, es
una tradición que inicie hace años comprando casas de luces y figuras que ahora
se conforman de casi 25 casas, tiendas, escuelas, iglesias, faros y figuras que
ocupan tres mesas para acomodarlas y pequeñas casitas que le dan una vista
espectacular con sus luces y movimiento con los bailarines, juegos y tren que
alrededor de ellas se pasea.
Pero
no crean que gaste mucho en ellas, ya que he aprovechado las ofertas de fin de
año. Tengo una figura completa de casas pequeñas con luces y una pista de baile
que da vueltas con sus habitantes y música, la primera vez que la vi fue en una
Comercial Mexicana hace algunos años y el precio era de 1,500 pesos,
pacientemente espere que pasará el 25 de diciembre y regrese a la tienda y la
encontré en 350 pesos, un ahorro del 75%; de esa manera ha ido creciendo mi
pueblito hasta convertirse en una pequeña ciudad por lo que este año está llena
de carritos prueba del tráfico que toda ciudad sufre.
Si
queremos mejorar nuestro país, debes ser un consumidor inteligente y
responsable.
La
próxima semana, y siguiendo con “El Buen Fin”, “este producto es mio”
Me
gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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