Samuel Gómez Patiño
“Hubo
un momento en mi vida en el que me daba pánico el cambio, ¿sabes cómo lo
supere?, cuando me di cuenta que, debería darme más pánico quedarme en el mismo
lugar por siempre”. Autor desconocido.
Me
parece que uno de los problemas más serios para una persona o una organización
es la costumbre. Cuando nos acostumbramos a un estatus o a una situación
empezamos a crear en nuestro pensamiento una isla, que nos aparta de nuestro
alrededor.
El
conformismo mata la imaginación, la creatividad y por ende la innovación. Las
organizaciones sufren más cuando no hay competencia, suelen caer más rápido en
la obsolescencia y en cuanto otra empresa entra al mercado fracasan, vemos
casos como Blockbuster o Kodak, consideradas innovadoras y muy fuertes en sus
mercados que difícilmente visualizaron su caída y en algunos casos su
desaparición.
Algunas
veces les pongo el ejemplo a mis alumnas con el noviazgo. Les comento que si
ven que su relación no avanza se envíen un ramo de flores o una caja de
chocolates de forma anónima. Que procuren recibirlo donde él se dé cuenta y
entonces él va a reaccionar. Es posible que ahora si la invite a salir los
domingos, se busque trabajo y hasta se bañe. Ante la competencia tratará de
cambiar. Si esto no sucede, pues salen ganando ya que es seguro que se retiren
y le den la oportunidad de encontrar algo mejor. Así es la competencia.
La
única constante es el cambio. Para la gran mayoría de los circos la forma de
trabajar se convirtió en una rutina apoyada por los espectáculos con animales,
mientras algunos los veían como una inversión por lo que los cuidaban,
alimentaban y trataban bien, otros los descuidaron y maltrataron. Surge una ley
para proteger a los animales y su maltrato (que tomo parejo a todos los circos)
por lo tanto, algunas de estas empresas se vieron en la necesidad de cambiar
para crear espectáculos sin animales mientras otras (me parece que la mayoría)
cerraron sus puertas al no tener la capacidad de reaccionar y adecuarse al
cambio.
Todo
progreso conlleva un cambio, pero no todo cambio es progreso. Es parte de la
naturaleza humana tener miedo a cambiar. Acaso no viviste este miedo cuando
saliste de casa para formar una familia o al cambiar de escuela, de trabajo o
de ciudad; lo mismo pasa en una organización cuando cambia de dueño, de
personal o de producto.
Debemos
aprender a fomentar la confianza en las personas para que puedan reaccionar
ante un cambio. Cuando llega un nuevo gerente a la empresa se genera un cierto
temor por lo desconocido. Hablar con los empleados antes de presentar al nuevo
jefe puede ayudar a generar confianza en el personal; que conozcan el porqué de
un nuevo líder, la misión encomendada y lo que esperan de ellos como equipo.
A
veces las empresas tienen que cambiar sus procedimientos para mejorar sus
productos y/o servicios, utilizar nuevos equipos, procesos, tecnología, etc.
Actualmente estoy encargado (entre otras asignaciones) del Centro de Educación
Abierta y a Distancia de la Facultad, hemos impulsado materias que se dan a
distancia o de carácter semipresencial lo que ha causado el temor de muchos
maestros que la universidad va a dejar de dar cursos en las aulas por lo que
algunos temen ser despedidos cuando la realidad nos muestra que si cambiáramos
a estas modalidades ocuparíamos más maestros, porque en una clases presencial
le asignamos a un profesor hasta 40 alumnos, pero de manera semipresencial o a
distancia, que incrementa el trabajo del mentor en la revisión y seguimiento de
cada estudiante lo recomendable sería de 30 a 35 alumnos. Comunicar y mostrar
que los maestros deben de prepararse para utilizar las herramientas que lo
ayuden a trabajar en estas modalidades es parte de las estrategias para evitar
el temor de este cambio.
En
fin, si las empresas no trabajan en fomentar la confianza, en capacitar e
involucrar al empleado para disminuir el temor a cualquier cambio, tendrán
problemas para desarrollar su potencial.
Por
otro lado, fomente la creatividad, evite estar en el confort, desarrolle la
capacidad de adelantarse a los demás, ser visionario, premie a los que aporten,
pero sobre todo no piense que llegar a la cima fue el éxito, después de cada
triunfo viene otro reto.
La
próxima semana, la solidaridad espontanea.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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