Juan
José Ríos Ríos
La
falta de coordinación entre quienes organizan los festejos de las fiestas de
octubre en Ciudad Guzmán y quienes participan en éstos, está siendo muy visible
con el paso de los días y se refleja en el caos vial que se produce en las
calles, no solo por el bloqueo de vehículos sino por el abuso en que incurren
quienes a caballo se suben a las banquetas, las bestias dejan su excremento
regado por el piso y se da rienda suelta al culto al dios Baco, cuando impunemente
los jóvenes y adultos consumen bebidas alcoholizadas en la vía pública.
Y aunque se sabe que los llamados
toros de once son ya parte infaltable de la “tradición” de las fiestas de los
guzmanenses, aunque su origen es para cumplir Juramentos hechos al patrono de
la Diócesis señor San José, cada vez son más los vehículos a motor que se
utilizan en el convite así como las bandas de música que a todo volumen
interpretan las canciones de moda, muchos jóvenes se exceden en sus libertades
al atentar contra el derecho de los demás validos a que son parte de las
fiestas.
El mediodía del jueves 12 la zona
centro, por donde hay más tránsito de vehículos y personas estuvo bloqueada por
buen tiempo en razón de que, tal vez porque los servidores públicos tuvieron su
día libre y por ello fue notoria la ausencia de elementos del departamento de
Tránsito y Vialidad de la ciudad, al ni siquiera bloquear, como lo también por
costumbre lo hacen los agentes, el ingreso a la calle Federico del Toro desde
su cruce con la de Refugio Barragán de Toscano, en donde sí muchas unidades a
motor quedaron varadas incluyendo patrullas de policía.
Y fue precisamente la causa del
bloqueo en masa del desfile del toro de once, de vehículos particulares y
unidades oficiales el hecho de que metros adelante estaba el cierre para dar
paso seguro a las personas que participaron en la peregrinación de las doce del
día a la catedral diocesana, lo que de existir coordinación entre las
autoridades y quienes designan a organizar las actividades de la feria y
quienes participan en ella, no se diera si se compartiera información para
organizar y realizar mejor el paso y, con ello, que los ciudadanos de a pie
sufran menos atropellos.
Pero parece que los ciudadanos se
conforman con su realidad, muchos se deleitan con las exhibiciones que se hacen
por los jóvenes, las unidades a motor que utilizan y el consumo de las bebidas
que se acostumbran beber en la vía pública, así como el bailoteo de los
caballos y el manejo que de éstos hacen sus jinetes que, subirse a la banqueta
con ellos y que dejen suciedad regada en la calle apestando todo, ya son parte
del show, de la fiesta y por lo tanto pues hay que aguantar todo pues no hay
quien cuide que se respete el derecho de los demás.
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