Samuel Gómez Patiño
En la entrada de una universidad en Sudáfrica
está el siguiente mensaje, para reflexión de los estudiantes:
“Para destruir una nación no se requiere de bombas atómicas o misiles
de largo alcance. Solo se necesita bajar el nivel de educación y permitir que
se copie en los exámenes”.
Pacientes
mueren en manos de tales doctores.
Edificios
colapsan en manos de tales ingenieros.
Dinero
es perdido en manos de tales economistas y contadores.
Humanismo
muere en manos de tales religiosos.
La
justicia muere en manos de tales jueces.
“El
colapso de la educación es el colapso de la nación”.
Con esta reflexión quiero
iniciar este articulo porque cuando lo leía en Facebook (no todo es perdida en
tiempo en la red social) pensaba lo que pasa en el mundo, en México y en
nuestros hogares. También creo que es una de las razones por la que el mundo
está estresado.
Hace muchos años estaban
exponiendo un equipo en mi clase y yo estaba al final del salón observando su
trabajo cuando una de las alumnas me hizo una pregunta a quemarropa:
-Maestro, ¿porque razón usted da clases?
-Por mis hijos, respondí
rápidamente…deje le explico:
-Puedo convertirme en un
maestro que no le interese hacer su trabajo, no me preparo, no investigo y
mucho menos me preocupo por enseñar y guiar a mis alumnos o, por el contrario,
me preparo adecuadamente para que ellos aprendan mejor, investigando, leyendo y
consultando libros y revistas, de tal manera que me intereso porque mis pupilos
conozcan más guiándolos hacia el conocimiento y la responsabilidad de
utilizarlo en bien de la sociedad.
-En el primer caso,
tendríamos malos profesionistas que probablemente pudieran ser patrones o
maestros de mis hijos. En caso contrario, los buenos profesionistas que
formamos pueden ser el mejor patrón o el mejor maestro para mis descendientes
asegurándoles mayores oportunidades en su vida profesional y personal.
A
veces pienso que quienes dirigen la educación en muchos países, incluyendo
México le están apostando a tener a pueblos sometidos a través de la
ignorancia. La educación ha estado secuestrada por pequeños grupos con
intereses oscuros, con los sindicatos alineados para desperdiciar a los niños y
jóvenes de hoy. Cierto que se la pasan haciendo huelgas y luchando por las
regalías que alcanzan unos cuantos mientras miles de verdaderos maestros tratan
de mejorar la enseñanza en sus aulas con todas las carencias que existen, bajos
sueldos (en Baja California, con sueldos atrasados), infraestructura
inadecuada, poco respeto hacia la dignidad humana de quien enseña mientras
ellos viven de las componendas que se autorizan ellos mismos.
Sistemas van sistemas
vienen y los niños son lo que menos importan, pareciera que queremos que cuando
crezcan se vuelvan una sociedad de “Zombies” que solo siguen los patrones
aprendidos por quienes tienen la responsabilidad de darles un futuro. No es
casualidad, que los lugares con más carencia en nuestro país la educación deja
mucho que desear. Sabemos que no todo maestro encaja en este patrón pero a
veces por temor o por indolencia dejan de luchar por sus ideales.
¿Puedes imaginar al médico
que te va a realizar una operación haya obtenido su título en “Tepito”, en
lugar de estudiar casi 10 años para ganar experiencia y nuestra confianza?
¿Qué este médico, haya
pasado la universidad gracias a ser el hijo de un político o de una persona con
recursos económicos?
Me pregunto porque los políticos
y quienes nos dirigen llevan a sus familias a estudiar al extranjero en lugar
de mejorar la calidad educativa. ¿Será por eso que también prefieren llevar a
sus familiares a consultas médicas en el extranjero?
Los recientes acontecimientos con los desastres
naturales destapan redes de negligencia y corrupción, edificios que no
resistieron por la mala planeación de profesionistas voraces de ahorrar a costa
del riesgo de vida de sus habitantes utilizando malos materiales y debilitando
las estructuras, malos funcionarios que no hacen su trabajo de verificar que se
cumplan con los reglamentos ya sea por omisión o por corrupción, y por supuesto
de quienes ocupan puestos públicos que en vez de cerciorarse que se cumpla con
lo establecido lo permiten, desde que cobran por “no cumplir con su deber” y en
algunos casos hasta tienen inversiones a través de familiares y prestanombres.
La mayoría tienen estudios superiores y lo único que hacen es aprovecharse de
su posición. La política ahora es un negocio familiar, “hueso que no quieren
soltar”.
Cuando leía este enunciado
en la escuela de Sudáfrica, pensaba que fácilmente podría estar en cualquier
oficina de Educación de nuestro país.
Siempre he pensado que
tenemos la mejor mano de obra lo que nos hace falta son líderes con intereses
en el progreso de nuestro país y no del propio.
La próxima semana: “La
razón de estar contigo”.
Me gustaría leer
tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook:
Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
Desearía saber en qué universidad de Sudafrica aparece este escrito. la gente lo reenvía sin datos de ninguna clase... ya sabemos que las redes son propensas a 'inventar'cosas.
ResponderBorrarGracias