Juan
José Ríos Ríos
A decir
de funcionarios públicos de la Administración Municipal de Zapotlán el Grande,
por declaraciones hechas en programa de noticias radiofónicas de Ciudad Guzmán,
el mal estado de las calles se atenderá hasta que pase el temporal de lluvias.
De ser así, los automovilistas seguirán sorteando los pozos que hay en las
rutas que transitan todos los días para ir al trabajo o a la escuela.
Nunca, como ahora, se había
producido tanto deterioro en empedrados y calles o avenidas cubiertas de
asfalto. Sin duda el temporal de lluvias ha sido muy abundante y constante lo
que dificulta el trabajo de bacheo y, de hecho, destruye en poco tiempo lo poco
que se alcanza a tapar, claro dependiendo del material y la técnica que usen.
Por lo tanto, pudiera considerarse
como atinada la decisión, sí es como se dijo en las noticias, del Gobierno
Municipal, de no canalizar recursos hasta que el tiempo lo permita y se pueda
emplear a fondo el trabajo de reparación de calles y avenidas, pero en realidad
son muchos y mayores los desperfectos o daños en las calles asfaltadas que constituyen
un riesgo para todos y por lo que urge se haga algo al respecto.
Al mal estado de las calles por los
hoyos o baches hay que agregar los grandes y constantes arrastres de las
lluvias hacia las partes bajas, lodos y desechos que bajan de los cerros que
conforman la cuenca por el lado oriente y que al secarse y con el paso continuo
de los autos se transforma en polvo fino que contamina hogares y ensucia todo.
En gran parte este otro problema de
contaminación se debe a los constantes cambios de uso del suelo en la montaña,
cuando el asentamiento humano ha invadido partes altas y con ello transformando
y degradando el entorno, a eso hay que agregar la proliferación y operación de
las ladrilleras que, además de los humos que inundan zonas habitadas por miles
de familia, sus desperdicios los arrojan en sus inmediaciones y las aguas de
las lluvias los arrastran y depositan en calles y avenidas.
Sin duda que los problemas que se
derivan por estas dos causas son enormes y tal vez el esfuerzo del Gobierno
Municipal no es el que se necesita para atenderlos y resolverlos. De igual
forma no son las únicas obligaciones que debe atender la Administración
Municipal pero, en realidad, no es culpa de los ciudadanos que sufren las
consecuencias, la incapacidad o falta de recursos para emprender acciones a
fondo y definitivas es su competencia y, resolverlas, también.
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