>Un
momento por
favor
J.
Jesús Juárez Martín
Nuestra
urbe como todas las ciudades en su desarrollo, actividades, formas de
convivencia, movilidad, vida comunitaria, aunque es una modo de convivencia
civilizada, también se suscitan problemas, y aún más, damos soluciones al
generarse la dinámica de continuidad que marca el ritmo social en el tránsito
de vehículos, de personas, pretendemos sea fluido, seguro, placentero,
esperamos que los demás respeten mi situación de tranquilidad o ansiedad
en nuestra trayectoria, esperamos de los demás respeto, cortesía, facilidades,
servicio en nuestro ir y venir, pero es probable que nuestra conducta sea
egoísta y no compartamos valores positivos en equidad y surgen los problemas de
vialidad, en las inconformidades buscamos culpables y en ocasiones frecuentes,
tal vez nosotros seríamos la solución total o cuando menos podríamos mediarla
para no radicalizarla.
Para
muchos es claro lo que es la vialidad, algunos piensan que es la movilidad,
otros la infraestructura por donde nos movemos, la asociación de ambas cosas y
algunas fuentes nos precisan que son caminos públicos fuera de áreas urbanas,
fajas de tierra, bienes nacionales de uso público de libre acceso y tránsito,
las calles, avenidas que interconecten con caminos públicos son parte de la
vialidad, me permito ejemplificar la calle Federico del Toro y la calle
Primero de Mayo que comunican con la tradicional carretera de Sayula con
Zapotiltic, queda pues la retama de calles en la ciudad que por lógica también
las consideramos vialidades y el Ayuntamiento en sus reglamentos las
considera como servidumbres y de uso público, no trato de ver cuantas clases de
vialidades hay, sino del uso y respeto que damos como ciudadanos a la vialidad.
Nuestra
educación vial es mínima, no que intuyamos o sepamos poco, me refiero al
respeto a seguridades y cumplimiento de normas viales, es obvio el riesgo que
se provoca con las faltas al reglamento vial, sin embargo, veámonos y seamos
sinceros: ¿Cruzamos las calles sólo por la esquina? ¿Respetamos los cajones en
estacionamientos? ¿Utilizamos el frente de nuestra casa en forma exclusiva, no
compartida? ¿Respeto los señalamientos del Departamento de Tránsito y las
indicaciones de los Agentes de vialidad? ¿Manejo por calles en sentido
contrario? ¿Mis hijos o nietos transitan en bicicleta por las banquetas? ¿Uso
el cinturón de seguridad cuando viajo en vehículos? Estos y muchos otros
tópicos relativos con la vialidad, debemos cambiar por seguridad nuestra y de
los conciudadanos, porque Ciudad Guzmán se desarrolla y por lo tanto si no se
corrigen las conductas, aumentarán problemas, accidentes, daños,
víctimas...
La
ciudad fue población construida para las necesidades de otras épocas, la
vialidad es inadecuada, su solución está lejana por falta de voluntad política
y me refiero a la voluntad colectiva, no de la autoridad que sería linchada
si planeara, hubiera presupuesto y pretendiera que las calles
limitaran manzanas a 100 m por lado,
Por
las calles transitamos a diario peatones, automovilistas, motocicletas,
ciclistas y otros vehículos que tenemos necesidad de hacerlo, derecho de paso
semejante a los demás, por lo tanto, no se debe negar u obstaculizar el derecho
de tránsito a ninguno y el orden jurídico no se modifique.
El
mal uso de calles, banquetas, e infracciones de tránsito violentan derechos y
convivencia de los guzmanenses, la construcción de la ciclovía actual de esta
ciudad, se propuso como solución parcial a quienes utilizan la bicicleta como
medio de transporte y tienen la fortuna de utilizar esta vía. Recibió muchos
rechazos, no la totalidad y ahora se plantea con una experiencia de largo
tiempo, la pertinencia de dicha vía en donde se construyó, o el cambio.
Próximamente
se realizará una encuesta pública sobre el cambio de esta segunda autopista,
porque la primera inaugurada en noviembre de 2011 ya feneció, aunque creo que
no hubo “requiem” oficial, para evitar conflictos debería hacerse.
Tomemos
como ciudadanos conciencia: Todos tenemos derecho al paso por las calles de
acuerdo a reglamentos de tránsito y municipales, derecho de opinión y libertad
de ejercerlo; los ciclistas cada vez son menos proporcionalmente al incremento
de la población, la minoría ciclista tiene derecho de protección especial como
el peatón, personas de capacidades diferentes, menores y mayores de edad por su
vulnerabilidad cuando deambulan... se desplazan.
Desde
luego, una ciclovía respetada será una invitación a que niños, jóvenes y adultos
tengan una movilidad más sana y no olvidemos que la solución de una necesidad,
provoca otras necesidades e implica otros satisfactores, ¿lugares de
estacionamiento?
Finalmente
un deseo para todos: Qué suceda lo más conveniente de este resultado, o de la
mayoría de quienes ejerciten el derecho de elegir, eso será civilidad,
esperamos mejore vialidad en conjunto, la conectividad del transporte
automotriz, vehicular, ciclista y peatonal de Ciudad Guzmán por esta zona.
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