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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Frida Sofía



>Un momento por favor                                            


 J Jesús Juárez Martín     





Como muchos mexicanos, desapercibida como tantos paisanos que sobreviven en los márgenes de la vida, Frida Sofía se materializó y fue centro de las más tiernas ilusiones y los mejores deseos de un pueblo que pretende superar su situación que empeora socialmente, todo preparado para una fugitiva evasión de realidades dolientes, una sociedad anhelante de la sobrevivencia, de bienestar para sí que canalizó para la pequeña, oculta, sepultada, invisible, la persistencia y la afirmación constante de una vida virtual creada entre la superficialidad, error, cansancio  mantuvo con falsas expectativas en vilo a multitudes por la tarde y noche del día 20 de septiembre después de  treinta horas del sismo del segundo diecinueve de septiembre a un auditorio ávido de mejores sucesos, unificado y orante desde la ausencia de los supuestos familiares en la espera y la desesperanza; el túnel se construía para llegar y rescatarla con seguridad, porque la comunicación virtual, imaginada, surgida de buenas intenciones entre rescatistas y la niña con presencia en la imaginación colectiva, daba señales registradas de calor humano surgido desde el frío cemento y ya después como bola de nieve crecía en alud, después se acompañaba de cinco condiscípulos, cobrando gran notoriedad, buscaban constancia  de la sobrevivencia y el agua,  origen de vida, pareció regresada como señal irrefutable de su pertinente vida, ya en tela de duda, el inminente rescate esperado como premio de la jornada larguísima, joya de solidaridad comunitaria, nacional  ¿por qué no internacional? ¿Mundial? ante los atónitos televidentes, pero… ¿por qué tanto tiempo, todo está a punto para el rescate y la noche avanza…  La intensa labor de voluntarios y ejército se sucedió en repentina, increíble idiosincrasia que dio dirección y finalidad inmediata a su larga jornada de trabajos en aquella incierta búsqueda y creciente esperanza de salvamento, labor bordada en  afanes, deseos y dolor solidario que impulsaba las mejores acciones entre rescatistas y los mejores deseos de aturdidos televidentes…

La noticia del túnel terminado ¿hasta dónde? Las distancias son mínimas, los escombros, varillas, concreto removidos y alineados, el cardiaco ritmo acelerado, las raídas uñas de los expectantes con henchido pecho de gratitud, estaban al borde de la eclosión, sin embargo… el tiempo transcurría y los rollos verbales, se cortaban y reiniciaban hasta que dos adustos militares, fijaron la posición y funciones de salvamento, su misión y respeto por las posibles vidas soterradas, ante las pantallas, con la afirmación y seguridad objetiva, lapidante: Frida Sofía no aparecía como niña y si se encontraban algunos despojos mortales no corresponderían a la imagen aquietada de un dinámica, venturosa chica, rebosante de simpatía.

 Y la suspendida respiración colectiva, exhaló como final de la cautivadora historia, conmovedora y tierna entre los infortunios de un diecinueve de septiembre iniciado hace 32 años y que en los simulacros conmemorativos de evacuación, para que la experiencia preventiva mantenga mejores expectativas de sobrevivencia ante la adversidad sísmica, reactivaron las energías de las  placas tectónicas que en fricción constante tienden a acomodarse naturalmente.

 La postura marcial de los elementos del Ejército Nacional cumplieron el objetivo de informar, en muchos desechó la animosidad colectiva de sospecha de perversión informativa, de un dolo y en la frustración colectiva de recibir la tierna niña unificadora, manifestado el error humano de la Marina, produjo desaliento, reproches, imprecaciones infundadas o fundadas, la confesión no satisfizo a todos, sin embargo lo sucedido nos hermanó en los mejores deseos para los damnificados  en el  símbolo infantil etéreo, incorruptible de Frida Sofía de simbiosis de mexicanidad con sabiduría.


FRIDA SOFÍA, no descanses en paz, visítanos en las divergencias que separan irracionalmente a los mexicanos, regresa del limbo, tienes cabida en nuestro afecto, como dijera Julio César Aguilar. poeta zapotlense “De la oscuridad luminosa emana un río de bienaventuranzas”. Eres símbolo nuevo de un mejor México y mexicanos.

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