>Un
momento por favor
J Jesús Juárez Martín
Como
muchos mexicanos, desapercibida como tantos paisanos que sobreviven en los
márgenes de la vida, Frida Sofía se materializó y fue centro de las más tiernas
ilusiones y los mejores deseos de un pueblo que pretende superar su situación
que empeora socialmente, todo preparado para una fugitiva evasión de realidades
dolientes, una sociedad anhelante de la sobrevivencia, de bienestar para sí que
canalizó para la pequeña, oculta, sepultada, invisible, la persistencia y la
afirmación constante de una vida virtual creada entre la superficialidad,
error, cansancio mantuvo con falsas expectativas
en vilo a multitudes por la tarde y noche del día 20 de septiembre después
de treinta horas del sismo del segundo diecinueve
de septiembre a un auditorio ávido de mejores sucesos, unificado y orante desde
la ausencia de los supuestos familiares en la espera y la desesperanza; el
túnel se construía para llegar y rescatarla con seguridad, porque la
comunicación virtual, imaginada, surgida de buenas intenciones entre
rescatistas y la niña con presencia en la imaginación colectiva, daba señales registradas
de calor humano surgido desde el frío cemento y ya después como bola de nieve
crecía en alud, después se acompañaba de cinco condiscípulos, cobrando gran notoriedad,
buscaban constancia de la sobrevivencia
y el agua, origen de vida, pareció regresada
como señal irrefutable de su pertinente vida, ya en tela de duda, el inminente
rescate esperado como premio de la jornada larguísima, joya de solidaridad
comunitaria, nacional ¿por qué no
internacional? ¿Mundial? ante los atónitos televidentes, pero… ¿por qué tanto tiempo,
todo está a punto para el rescate y la noche avanza… La intensa labor de voluntarios y ejército se sucedió
en repentina, increíble idiosincrasia que dio dirección y finalidad inmediata a
su larga jornada de trabajos en aquella incierta búsqueda y creciente esperanza
de salvamento, labor bordada en afanes,
deseos y dolor solidario que impulsaba las mejores acciones entre rescatistas y
los mejores deseos de aturdidos televidentes…
La
noticia del túnel terminado ¿hasta dónde? Las distancias son mínimas, los
escombros, varillas, concreto removidos y alineados, el cardiaco ritmo
acelerado, las raídas uñas de los expectantes con henchido pecho de gratitud,
estaban al borde de la eclosión, sin embargo… el tiempo transcurría y los
rollos verbales, se cortaban y reiniciaban hasta que dos adustos militares,
fijaron la posición y funciones de salvamento, su misión y respeto por las
posibles vidas soterradas, ante las pantallas, con la afirmación y seguridad
objetiva, lapidante: Frida Sofía no aparecía como niña y si se encontraban
algunos despojos mortales no corresponderían a la imagen aquietada de un
dinámica, venturosa chica, rebosante de simpatía.
Y la suspendida respiración colectiva, exhaló
como final de la cautivadora historia, conmovedora y tierna entre los
infortunios de un diecinueve de septiembre iniciado hace 32 años y que en los
simulacros conmemorativos de evacuación, para que la experiencia preventiva
mantenga mejores expectativas de sobrevivencia ante la adversidad sísmica,
reactivaron las energías de las placas
tectónicas que en fricción constante tienden a acomodarse naturalmente.
La postura marcial de los elementos del Ejército
Nacional cumplieron el objetivo de informar, en muchos desechó la animosidad
colectiva de sospecha de perversión informativa, de un dolo y en la frustración
colectiva de recibir la tierna niña unificadora, manifestado el error humano de
la Marina, produjo desaliento, reproches, imprecaciones infundadas o fundadas,
la confesión no satisfizo a todos, sin embargo lo sucedido nos hermanó en los
mejores deseos para los damnificados en el símbolo infantil etéreo, incorruptible de
Frida Sofía de simbiosis de mexicanidad con sabiduría.
FRIDA
SOFÍA, no descanses en paz, visítanos en las divergencias que separan
irracionalmente a los mexicanos, regresa del limbo, tienes cabida en nuestro
afecto, como dijera Julio César Aguilar. poeta zapotlense “De la oscuridad
luminosa emana un río de bienaventuranzas”. Eres símbolo nuevo de un mejor México
y mexicanos.
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