>Los conjurados
Ricardo Sigala
Con el
advenimiento de la cibernética y del internet como instrumentos de uso
cotidiano en nuestras vidas, se comenzó a hablar de manera desmesurada de los
beneficios de dichas herramientas, algunos vieron en ellas una panacea y la
solución casi magica a problemas fundamentales de nuestro tiempo, como son la
educación y el el derecho a la información. El paso de los años ha demostrado
una vez más que los problemas complejos no se solucionan con decretos, buenas
intenciones o con varitas mágicas.
La educación y la
información tienen que ver con procesos de mediano y largo plazo, incluso
permanentes, están relacionados con el interés en el saber y el conocimiento,
con un carácter indgatorio e inquisitivo, con la inclinación a cuestionar la
realidad y los hábitos que nos caraterizan, con la búsqueda de soluciones, con
la imaginación responsable y creativa. Es un error grave suponer que una
herramienta tecnológica, llámese libro físico, físico electrónico, base de
datos, etc., hará ese trabajo por nosotros. Internet no puede solucionar por sí
solo el problema de la educación. Una técnología elemental como el libro
físico, o una tecnológía revolucionaria como e-book son sólo herramientas.
Mucha gente sigue
pensando que internet, que el libro electrónico, la educación virtual
desplazarán el libro físico y la educación presencial. Desconozco cuánto tiempo
llevará en consolidarse ese proceso, pero sí sé que tardará mucho y que en
nuestros días eso sólo se trata de una ingenuidad, una ciega ingenuidad, pues
quienes guardan esa postura se niegan a ver la realidad. Es un hecho que los
usos de educativos de la red de redes son minoritarios y que los usos dominates
de internet están asociados con mucho a las redes sociales, el sexo y la
mercadotecnia en todas sus variantes: desde la promoción de productos
necesarios o no, hasta el encumbramiento de personalidades vacías de la
farándula y la política.
La verdad es que
en Europa la venta de e-boks ha descendido en los años recientes y estudios
reportan que leer en papel tiene un impacto positivo en la comprensión, el
aprendizaje y la comunicación, como lo refiere un artículo publicado por
Kristin Suleng en el diario El país el 23 de agosto de este año, el cual agrega
también “que las personas que leen en medios electrónicos refieren mayor
dificultad para transportarse al mundo que están leyendo o para identificarse
con los personajes.”
Pensar que la
tecnología por sí solo hará la tarea de solucionar los problemas de la
educación raya en el pensamiento mágico.
Quienes verdaderamente han pasado por procesos educativos saben que la
educación es un fenómeno integral, que no se reduce a la información, que
incluye fuertes dosis de pasión por el saber, de comunicación emocional, de
experiencias sensoriales y de un sinnúmero de elementos que hacen viable el
conocimiento, pero especialmente aquello que vamos a hacer con el conocimiento,
es decir las consecuencias positivas y negativas del mismo. La educación es ese
enorme conglomerado, lo demás son sus instrumentos, sus herramientas, y nada
más.
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