Samuel Gómez Patiño
Soy un
cinéfilo empedernido, me encanta ver casi todos los géneros del cine:
fantástico, suspenso, terror, romántico, etc., sin embargo, las películas sobre
historias de la vida real ciertamente llaman mucho mi atención.
Y si la historia es sobre un
personaje o empresa que admiro o una situación que me ha dejado ciertos
sentimientos y me han ayudado a crecer, mucho mejor. Por eso, cuando vi está
película titulada en español “Hambre de poder” (The founder) con Michael Keaton
estuve presto a presenciarla.
En mis tiempos que me permitieron
dar clases de finanzas, me encontré con un tema muy interesante, el índice “Big
Mac”. ¿Cómo un producto se puede convertir en una forma de medir el poder
económico entre países? Pues debido a su presencia casi en cualquier rincón del
planeta. El sueño de muchas organizaciones en el mundo de la globalización.
Un aspecto interesante de esta
historia se basa en la frase que impacta “la persistencia vence a la
inteligencia”, que el personaje principal aprendía. Nos muestra que a veces no
basta con tener la idea, con innovar para ser diferente a los demás, sino
también tener una visión más amplia para hacer crecer el negocio.
Los hermanos McDonald’s tuvieron la
idea de mejorar los procedimientos en la fabricación de sus hamburguesas para
lograr servir sus productos en 30 segundos en lugar de 30 minutos. Los estudios
de tiempos y movimientos en las teorías de la administración científica con
Frederick Winslow Taylor y que Henry Ford supiera aplicar a la industria del
automóvil, aplicados en el servicio de la comida rápida. Un gran negocio que
establecieron en San Bernardino, California, pero que no supieron replicar para
crecer por lo que se quedaron rezagados en el mundo de los negocios, sin
embargo ese primer restaurante de los hermanos McDonald’s era un ejemplo a
seguir por los demás en cuanto a la calidad, rapidez y precio de un negocio de
ese giro.
Ray Kroc, no fue el fundador de esta
franquicia, pero fue capaz de ver en él una gran oportunidad de mercado. El
inicio de una organización globalizada. Se convirtió en socio de los hermanos
McDonald’s, pero tenían diferencias en cuanto a la visión de negocios, mientras
ellos seguían cuidando la calidad, servicio y precio que los hacía fuerte, Kroc
quería (sacrificando algunos de los elementos claves) obtener suficientes
ganancias aunque no encontraba la manera de lograrlo, hasta que fue asesorado y
encontró donde estaba el verdadero negocio.
Escuchaba hace tiempo a algún
expositor que preguntaba a los alumnos ¿Cuál es el negocio de McDonald’s? y
ellos le respondieron que la venta de hamburguesas. La respuesta que dio el
conferencista nos causó extrañeza en aquel momento ya que no estaba en nuestros
pensamientos algo diferente: ¡Los bienes raíces! Nos dijo.
Cuando Kroc se dio cuenta que el
verdadero negocio era la compra de los terrenos y espacios para ofrecerlos a
inversionistas para establecer un establecimiento McDonald’s pudo entonces
crecer (y salir del trato con los hermanos, que si bien es cierto ellos armaron
la columna vertebral del negocio, Ray supo cómo hacer hasta del nombre
McDonald’s el mejor negocio).
McDonald’s ha sido una empresa que
he admirado durante muchos años, la empresa que más juguetes vende en el mundo
con su Happy meal o cajita feliz y con más propiedades en el mundo. Crear una
Universidad de la Hamburguesa para poder enseñar la filosofía de la
organización a los inversores es parte de su éxito que lo ha llevado durante
muchos años ser el número uno en ventas entre los negocios de comida rápida.
Hoy, a muchas personas escucho que no van a McDonald’s porque su comida no es
nutritiva, pero ellos no se dedican al negocio de la nutrición, de hecho hasta
su Big Mac es el más pequeño de las hamburguesas que venden sus competidores, y
en un descuido luego te los encuentras probando un producto de McDonald’s.
Las grandes organizaciones tienen
personas que tienen una visión más grande que ellos mismos. Ray Kroc cambio el
mundo de la comida rápida y sus conceptos, falleció en 1984, el año que los
Padres de San Diego llegaron a su primera serie mundial (entonces era el dueño
de este equipo de béisbol de ligas mayores) y los McDonald’s siguen siendo el
número uno.
En 1982, como casi todos los años
los Padres tenían otra decepcionante temporada, y en el último juego de la
temporada se escuchaba en el altavoz del estadio llamado entonces Jack Murphy
la voz del señor Kroc que dijo algo parecido a esto:
-Le pido disculpas a esta afición
por tener un equipo mediocre. Les prometo que el próximo año tendremos un gran
año.
Dos años después, la reconstrucción
del equipo los llevo a la serie mundial del béisbol, y Ray Kroc sólo los pudo
observar desde el cielo. Este era el carácter del “Rey de las Hamburguesas”.
La próxima semana, “Lo mejor de la
vida, es que no somos inmortales”.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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