>El
Depor…Tivo
Salvador
Medina
El
juego limpio financiero se puso en marcha en el 2011 por la UEFA (Unión de
Asociaciones Europeas de Futbol), con la finalidad de mejorar la salud
financiera de los clubes europeos, con puntos y elementos claves como el no
tener deudas pendientes con otros clubes, jugadores o autoridades tributarias,
mantener un punto de equilibrio para no gastar más de lo que ganan, entro otras
regulaciones impuestas por el Comité de Control Financiero de los Clubes de
UEFA (CFCB) y que algunos clubes como Barcelona, Real Madrid o Atlético de
Madrid ya han sufrido y han sido
testigos de estos procesos de escritorio y cuentas bancarias.
Sin
embargo, existen equipos que dichas regulaciones del fair play financiero
simplemente no les interesa, y están dispuestos a gastar cantidades
exorbitantes nunca antes vistas en el mundo del futbol, números exagerados y
absurdos que provocan la desnaturalización de la esencia del deporte más
popular del mundo, y escuchar el caso de Neymar con su novela con el Paris
Saint Germain nos hace pensar que quizá el sudar la playera ya no es la
principal prioridad del jugador sino asegurar su futuro económico de por vida,
en los últimos años se ha convertido en una historia común ver futbolistas
partir a la MLS (Major League Soccer), la liga de China, al futbol de países
como Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes, ligas con un bajo nivel de
competitividad deportiva pero si salarial, y lo más perverso es que dichas
grandes cantidades invertidas son recuperadas con facilidad, convirtiéndose en
equipos taquilleros, además de las ventas de la indumentaria y obvio el
respaldo de las grandes cabezas de los clubes ya sean empresarios o jeques, un
rotundo negocio.
Este
verano el marcado de transferencias se está rompiendo con la tan sonada
transferencia de Neymar del Barcelona al PSG, el equipo parisino está dispuesto
a pagar los 222 millones de euros por la cláusula de rescisión del jugador
brasileño, cantidad con la que el Barcelona pretendía blindarlo, por lo que
sería el fichaje más caro en la historia del deporte, y esto ocasionaría un
incumplimiento de fair play financiero lo que le desencadenaría fuertes
denuncias y multas al equipo francés, empezando por la liga española de futbol,
organismo que denunciaría este caso y su presidente Javier Tebas ha sido claro
argumentando que el PSG presenta ingresos por derechos comerciales imposibles
de creer y da a entender que el estado qatarí estaría inyectando inversión
violando con esto las reglas del juego limpio financiero.
Sería
muy difícil pensar que el PSG tuviera mayores ingresos comerciales que el
Barcelona, el Real Madrid o el equipo de futbol con mayor valor económico como
el Manchester United, los procesos generacionales en el futbol cambian, como
todo en la vida, y parece ser que este tema seguirá siendo el principal debate
en cada régimen de transferencias europeo, imaginen que los tiempos fueran
otros, ¿Cuánto pagarían entonces por jugadores como Van Basten, Beckenbauer,
Puskas, Di Stefano, Pelé, entre otros?, cantidades que no serían dignas para
los futbolistas de hoy en día.
La
increíble parálisis cerebral que sufren algunos equipos de querer ganar
campeonatos a base de billetazos está en evidente inercia creciente, el dinero
no es sinónimo de éxito, no siempre es el camino, los ejemplos más claros son
el propio PSG y el Manchester City que en los momentos importantes simplemente
no han podido trascender y mientras sigan así la salud del deporte seguirá
enfermando más, e historias tan conmovedoras como la del Leicester City o la
del Porto en 2003 difícilmente se repetirán y serán solo leyendas, relatos que
quedaran en la añoranza del deporte, como lo fue alguna vez el Nottingham
Forest, Partizan, Estrella Roja de Belgrado, equipos míticos que alguna vez
rozaron la gloria y ahora solo son recuerdos que el viento y el dinero se
llevaron.
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