No sé a cuantos de los lectores les suceda, pero tengo la sospecha, hipótesis
para la academia, de que es un embate generalizado, que lo sufren día con día
los ciudadanos comunes. Me refiero a toda clase de intento de ser estafado,
timado, defraudado y en el menor de los casos, obligados a contratar, comprar o
arrendar algún servicio. Por cierto, por empresas legalmente constituidas o las
que forman parte de las redes delincuenciales que agobian a este país.
Estoy
seguro qué, le resultan comunes algunas frases de este comentario, que le llegan
por la vía telefónica o en texto mediante mensajes en las redes sociales que
utiliza.
“Hola
buen día, mi nombre es Héctor Bravo, le llamo para informarle que usted ha sido
especialmente seleccionado para”… –suponga cualquier asunto que prenda su interés-
en forma de oferta, puede ser un electrónico o hasta un auto.
Otra,
“si usted compra nuestro producto recibirá una bonificación o premio gratis”.
De una bonificación o premio del que nadie ha buscado.
Una más
“Usted se ha ganado uno de los tres valiosos premios sorpresa, solo necesitamos
confirmar algunos datos personales”, entre ellos el de su tarjeta de crédito.
Que le
parece esta perla “Usted se ha ganado una importante cantidad de dinero en un
sorteo de lotería extranjera”, y ¿quién anda comprando boletos de la lotería de
Hawaii?.
Hola le
estamos hablando de Bancoequis, para informarle que tiene un crédito aprobado
de ymiles de pesos y en estos momentos con su autorización puedo transferirlo a
su cuenta, si está de acuerdo solo confirmaremos unos datos”.
Una
más: esta es una inversión de bajo riesgo y le ofrece un rendimiento más alto
que cualquier otra inversión, usted tiene que decidirse inmediatamente.
Tengo
15 días recibiendo diario un correo electrónico por apps compradas en un sitio
dedicado a ello, me piden que revise la factura y que si no reconozco la compra
envíe unos datos personales, y obvio, los de mi tarjeta de crédito para
cancelar la compra. Ahí están, Ahí están, como la puerta de Alcalá “viendo
pasar el tiempo”.
Soy
afecto a leer noticias, el celular que uso me permite consultar 4 o 5 de ellas
de forma rápida que provienen de diferentes medios. Hace algunos días intenté
abrir una que procedía del periódico Excelsior, no lo logré y solo apareció una
pantalla con un botón que decía aceptar. Supuse que era aceptar la nota
informativa. No, la aceptación fue a contratar un servicio del Club Ladies
Night, no sé a qué se dediquen, pero supongo que ofrecen pornografía. En 10
minutos llamé a Telcel, me di de baja, pero me cargaron el mes, por cierto, me
dijo el ejecutivo que cobran por semana, que no dependen de esta empresa,
aunque en su factura se cobre como pagos a terceros.
Lamentable
lo que ocurre, y tu encrucijada es, denunciar para que dejen de molestar,
denunciar aunque no pase nada, no pelarlos y hacer concha o caer en la trampa.
Usted escoge.
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