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miércoles, 16 de agosto de 2017

Entregan la presea al Mérito Ciudadano



Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán

Fue entregada la presea al Mérito Ciudadano, en el aniversario 484 de la Ciudad, dichas preseas fueron para: Julio César Aguilar, Jorge Antonio Ascencio Gutiérrez, Roberto Chávez Figueroa, Fray Rubén González Arguelles y José Navia González, para lo cual se realizó sesión solemne de Ayuntamiento en el Patio del Palacio Municipal.

“Homenajear a cinco hombres que han trabajado, que han luchado, que han sembrado algún talento un esfuerzo en Zapotlán, es momento de homenajearlo en vida”, dijo el presidente municipal, Alberto Esquer Gutiérrez. 

Destacó el primer edil que fue una elección difícil, ya que cada año se entregaba nada más una presea, “hoy ante la diversidad en el trabajo, no hay que regatear, es mejor entregar cinco grandes reconocimientos y no dejar a fuera a nadie”, explicó el presidente.
En sus discursos, Julio César Aguilar destacó: “es para mí motivo de una gran alegría recibir este reconocimiento de Zapotlán el Grande, en el mismo sitio del cual provengo, Zapotlán que ciudad que con su espíritu que con su entrañable y sibilítica atmosfera, circundada por un volcán que custodia y una laguna durmiente, despertó en mi ser el ímpetu por la palabra poética, y más aún por el conocimiento y la cultura en sus más amplias acepciones”. 

Por su parte, Jorge Antonio Ascencio Gutiérrez dijo: “Zapotlán es Grande por su gente, por su pueblo, por sus hombres, y el día de hoy me encuentro entre esos grandes que engalanan este nombre”. 

Fray Rubén González Arguelles leyó un escrito que había mandado previamente a regidores para agradecer esta distinción. “Quiero agradecerles, nunca lo pensé ni me imaginé, al término de esta misiva pensé en Fray Juan de Padilla -el fundador de la ciudad-, hombre hecho de raíces divinas, de Guillermo Jiménez, Alfredo Velasco Cisneros, de Juan José Arreola, de nuestro Vicente Preciado Zacarías, personas de sustentabilidad en mi admirar, la presea al Mérito Ciudadano la conservaré en mi corazón, como un imperativo humanístico de ser mejor hermano mejor”. 

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