Antonio Jiménez Díaz
El próximo fin de semana, en el
estado de Jalisco se vivirá un ejercicio único, en el cual diversos presidentes
municipales afiliados al Partido Movimiento Ciudadano estarán consultando a los
ciudadanos sobre su permanencia en el cargo por lo que resta de su periodo, lo
cual de suyo parece interesante, si no fuera por el conjunto de irregularidades
vistas en dichos procesos.
La
ratificación de mandato o, la revocación de mandato, es uno de los componentes
de lo que la teoría denomina “Democracia representativa”, integrado además por
figuras como la iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum y el
presupuesto participativo.
Una
de las características de los Estados que se consideran avanzados en el ámbito
de la democracia representativa es, que son los ciudadanos los que promueven,
se organizan y buscan hacer uso de las herramientas de democracia
representativa. Entonces, el pueblo es quien gobierna, quien decide si el
gobernante permanece en el cargo o, debe dejarlo por no cumplir con sus
expectativas o planes, es el ciudadano quien decide qué leyes debe discutir su
representante, es el ciudadano quien decide qué acciones de gobierno se aprueban
y cuáles se eliminan de la agenda pública, es el ciudadano quien refrenda el
decreto o ley discutida por el congreso y es el ciudadano quien decide en qué
rubros se deben aplicar las contribuciones que aporta para el sostenimiento del
gasto público.
Se
decía en un principio que, el proceso de ratificación se encuentra plagado de
irregularidades, las cuales se sintetizan en los términos que se señalan:
a) El
proceso de ratificación es promovido desde el gobierno municipal, no desde la
ciudadanía o, en su caso, organizaciones de la sociedad civil;
b) El
gobernante que se somete a un proceso de ratificación, realiza y fortalece el
gasto en materia de comunicación social, así como su presencia en la difusión
de las acciones y obras que pretende hacer característico de su gobierno;
c) El
gobierno municipal es quien coloca lonas y pinta muros de apoyo a sus propias
acciones, respaldado por el instituto político que lo patrocina y sostiene;
d) Los
gobernantes maximizan los que consideran sus logros, difunden como propios resultados
inexactos o que incluso no tienen nada que ver con su actuación;
e) La
instancia que organiza la consulta es parte de la administración pública a
cargo del Presidente Municipal, lo que hace a esa instancia mantener un tipo de
subordinación, lo cual fue característico de los procesos electorales en los
que el partido hegemónico conservaba el poder sin mucha resistencia de
adversarios;
f) La
realización de este ejercicio carece de soporte en el ámbito constitucional, en
virtud de que los legisladores federales no han sustentado su existencia, lo
cual hace que el resultado no sea obligatorio para el gobernante, quien de no
resultar favorecido por el proceso de consulta puede desatender sin problema la
opinión de los ciudadanos que acudan a las urnas;
g) Es un
ejercicio que conlleva gasto público, el cual es obtenido de las contribuciones
de los ciudadanos. En ámbitos donde el dinero siempre falta, es dable pensar en
minimizar el impacto directo e indirecto del proceso de ratificación de
mandato;
h) El
ciudadano parece ser el menos involucrado e interesado en los procesos de
ratificación, son las áreas de gobierno y administración municipal las cuales
promueven el ejercicio y operan políticamente a través de las distintas
estructuras gubernamentales y partidistas a las cuales pertenecen la
ratificación.
i) El
ciudadano carece de datos de contraste para evaluar la continuación o
interrupción de las labores de sus representantes, no se le publica corte de
cumplimiento a los compromisos de campaña y de los incluidos en el Plan de
Desarrollo, lo cual hace que el criterio sea subjetivo, no fundado en datos
duros e inobjetables.
Dicho
lo anterior, solo queda abundar que, en virtud de que está muy cercano el
proceso de selección de candidatos a munícipes, gobernador, diputados,
senadores y Presidente de la República, este tipo de práctica parece más un
acto anticipado de campaña que un auténtico ejercicio de democracia
constitucional.
Le
urge a la ciudadanía estar mejor informada y preparada, quienes critican
políticas populistas como el otorgamiento de despensas, útiles escolares, apoyo
a personas de edad avanzada, entre otros, son quienes ahora se someten, al
menos en apariencia, a un proceso de ratificación de mandato. Hagamos todos uso
de estas herramientas, sin apasionamientos ni apreciaciones del carisma del
gobernante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario