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martes, 1 de agosto de 2017

Con tres naranjas




Samuel Gómez Patiño



Habiendo estudiado la carrera de licenciado en administración de empresas y con 31 años dando clases en la misma escuela de donde egrese, he tenido la oportunidad de conocer a muchos personajes dedicados a la profesión de administrar. Desde compañeros de estudios, colegas maestros, egresados y estudiantes que pasaron por mis clases que me han dejado experiencias interesantes en cuanto a mi profesión.


            Hace muchos años que las universidades están tratando de formar emprendedores y no empleados, tenemos la idea clara que lo que falta en este país “no es más empleo sino mejor empleo” y quienes pueden hacerlo son los que emprenden negocios. Por otro lado, la mayoría termina trabajando para otros que aprovechan sus habilidades técnicas y administrativas y terminan esperando una jubilación, sólo aprovechan los inversores.

            Desde José “Pepe” Mujica hasta Denis Dresser y una gran cantidad de empresarios han pasado por las aulas universitarias para compartir sus experiencias con nuestros alumnos que les puede servir para explotar sus ideas y tener éxito en sus carreras profesionales.

            En particular recuerdo algunos años atrás que estábamos en una conferencia con un empresario de la región donde nos explicó como había logrado ser exitoso aun cuando no había pasado por ningún aula universitaria, en su momento fue considerado el “rey del perfume” del cual hizo un negocio exitoso.

            Al final de su charla, en la sección de preguntas y respuestas, un alumno le pregunto con cierta inquietud como podía en caso de querer iniciar un negocio obtener recursos, ya que consideraba la parte más difícil de conseguir cuando solo tienes la idea, pero no el dinero.

            El conferencista le contesto: ¡Con tres naranjas!
            Se sintió la expectación que generó su respuesta en la sala y para muchos quizás el cuestionamiento: ¿Qué tienen que ver tres naranjas y el dinero?
            ¿Alguna vez has sentido la frustración de querer hacer algo o comprarte algo y no tener dinero?

            En los inicios de mi matrimonio como en muchos la cuestión económica no fue fácil. Teníamos una escuela secundaria y comercial, que mi esposa y su servidor administrábamos. Rentábamos un lugar céntrico, en el tercer piso de un nuevo edificio, pero como muchas rentas en la ciudad de Tijuana era en dólares. No esperábamos (como muchos mexicanos) una devaluación como la de finales de los ochentas que nos dificulto la operación de la escuela, lo cual nos llevó a cambiar de domicilio adecuando lo que antes eran departamentos de renta. Al final después de varios años luchando por sobrevivir, fracasamos y tuvimos que cerrar.

            Uno de esos días, un domingo para ser exactos, que no teníamos recursos ni para movernos en el transporte, estaba un circo instalado a una cuadra de distancia que cobraba 10 pesos la entrada por persona, en ese entonces mi hijo mayor tendría cerca del año y mi señora me dijo que fuéramos y nos serviría de distracción. No muy convencido acepte y con los 20 pesos que nos quedaban estábamos haciendo fila cuando se nos acercó un hombre y me pregunto cuántos íbamos a entrar y le dije que los tres incluyendo a mi niño. Para mi sorpresa me dio sus boletos de palco ya que no se podían quedar y se retiró con su esposa y sus hijos, mientras nosotros disfrutamos del espectáculo del Circo del Profesor Jirafales. Estas experiencias te ayudan a reflexionar, primero en mantener la fe en las personas y por otro lado en tratar de encontrar que puedes hacer mejor.

            Nuestro conferencista nos explicó entonces, inicie con 3 naranjas y una mesa fuera de mi casa cuando era adolescente y las vendí.  Con las ganancias compre 5 y las volví a vender, compre 10 y seguí vendiendo. Comprendimos que el negocio nos da los recursos para seguir creciendo siempre y cuando sepamos identificar cuanto y como vamos a invertir. Muchos emprendedores se gastan el dinero antes de tenerlo, se endeudan de tal manera que les es imposible salir del problema del financiamiento y muchas veces si aprendemos a reinvertir en el negocio aprendemos a crecer con nuestros propios recursos.

            La mayoría de las empresas no fracasan por no tener utilidades, sino que la mayoría vienen quebrando porque sus flujos de efectivo no son lo suficientemente sanos para operar y crecer.
          
  La próxima semana, “la perseverancia siempre vence a la inteligencia”, Ray Kroc y el imperio de las hamburguesas.
                       
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana

Universidad Autónoma de Baja California

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