Un
momento por
favor
J. Jesús Juárez Martín
Leyó
usted bien, hemos caído al dominio de ese útil instrumento tecnológico, resume
los anhelos de comunicación instantánea y aleja el contacto de persona a
persona, la intercomunicación produjo indisolubles redes sociales. Procederé
con la empolvada inducción a ver si entiendo mejor este fenómeno: de lo simple
a lo complejo, material a lo intelectual, de lo concreto a lo abstracto, de lo
personal a lo universal; si graficamos la red social de un grupo de 20
usuarios, tejeríamos una red, si pretendemos objetivar los usuarios de Facebook
en México, más de setenta millones, simplemente impensable, pero no es difícil
su comprensión de los cibernautas en el interconectado mundo actual.
Esa
abstracción de internautas intercambiando información y contenidos en
multimedia constituyen las redes sociales específica en páginas web
creando comunidad de “amigos virtuales, comunidad hiperactiva” con impacto
numeroso con niños, adolescentes, jóvenes, en distintas unas veinte
aplicaciones reconociendo usuarios de todas las edades y mayores de setenta,
felizmente.
Afirman
los entendidos que hay una aplicación de moda “Sim Simi”, que no es red social,
ahí no hay amigos, ni extraños, sino que es un robot con el que
conversan con la misma información que ellos proporcionan a la máquina que la
utiliza para responder cuando otro usuario de cualquier país le plantea
cuestionamientos. Los contenidos recibidos son la materia y le sirve para contestar
como si fuera persona.
Los
menores y jóvenes son usuarios de Facebook, lo mantienen abierto para
tener un efecto de complacencia con los padres, estos piensan que controlan a
sus hijos en esa red, aunque casi siempre los rebasan los hijos en el manejo de
redes, todos se comunican con mensajes, fotos, comentarios... aunque
muchos padres revisan los contenidos y los menores saben que Facebook es para
todos: mamás, abuelos, maestras, porque los experimentan, buscan otras
aplicaciones que se ofrecen y ahí forman sus grupos confiables.
En este
“boom” de las comunicaciones los padres se preguntan y actúan según su limitada
experiencia familiar, hay quienes consideran que son perjudiciales porque se
pierde el tiempo, nada productivo, otros les proporcionan el iPhone para se
distinga entre la élite que los utiliza. La misión más importante de los padres
es conducir responsablemente la educación, las formas de vida social, respeto a
los demás y a la naturaleza, en suma formarlos con responsabilidades, un deber y
derecho recíproco, aceptando que la tecnología avanza y forma parte de nuestra
convivencia y con desempeño personal, socioeconómico en la cultura actual
globalizada.
Para la
seguridad del manejo de las redes por los menores, es importante conocer
opiniones de expertos psicólogos, educadores y la policía que conocen de cerca
dramas, engaños, abusos y delitos graves que culminan en redes de prostitución,
violaciones y muerte, todo originado por falta de seguridad familiar, pública,
porque drogas, modas y juegos peligrosos aperturan la sexualidad irresponsable,
acoso escolar con consecuencias lamentables para familias y comunidad y fatales
para las víctimas.
En una
encuesta nacional a ochocientos alumnos de tercero básico, con una
pregunta planteada con opción de respuesta de Sí” o “No” que se le presentó
así. “Si tienes acoso sexual por internet ¿lo comunicarías a tus padres o
maestros?” “No” Fue la contestación del 79%. Luego en mesas redondas les
preguntaron ¿por qué no lo platicas con tus papás? Confesaron que confiaban en
ellos y los consideraron mayores para entenderlos, los evadirían o quitarían el
aparato, para ellos son soluciones inadmisibles. Hay algo más erróneo de parte
de los padres y educadores: No estar atentos a los posibles problemas, muchos están
excluidos de las redes, otros consideran que no hay riesgos y esperan alguna
señal que no llega, tal vez llegue cuando las consecuencias sean graves.
Recordemos “Vale más prevenir, que remediar”.
Ciertamente
hubo y hay inquietud por la edad conveniente para emplear un teléfono
inteligente los menores y las redes: De la pluralidad, Facebook señala
que en Latinoamérica es alrededor de los 13 años, en los Estados Unidos a los
14, 15, en Alemania a los 16. WhatsApp en su contrato inicial previene: “Si tú
tienes menos de 16 años y estás aquí, estás en peligro” comento, muchos lo
hacen al ingreso de la secundaria En la escuela primaria ya existen niños
que poseen un celular, no sólo los de posibilidades económicas suficientes, los
hay quienes les regalan sus familiares que los visitan de Estado Unidos, o bien
hay un envío especial para el teléfono, la mayoría de las escuelas consideran
que no es indispensable para el estudio, es gusto de ellos o petición de
sus familias, curiosamente alto porcentaje no acepta a sus padres como amigos y
entre ellos, muchos los han bloqueado.
Siempre
habrá ayudas para evitar daños, se han documentado casos, concluido sobre
conductas negativas y escrito libros que orientan a los padres por
especialistas de los temas, álgidos educativos lo que se debe de elegir es la
concordancia de conclusiones con los valores familiares. Nadie está exento de
estos riesgos, los menores utilizan las redes sociales en horarios nocturnos
especiales, guardando discreción a sus aventuras, aunque ello implique un
riesgo mayor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario