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viernes, 2 de junio de 2017

Sombras y máscaras


(Story-board)
(Parte 1)



Dirección, guión y diálogos
René Durante
Cámara
Bruno Rosales
Realizador
Eduardo Colina
Producción
Los Coyotes


Personajes
Batman
El Guasón
El Pingüino



Se escucha un vuelo de palomas con estruendo sonoro; luego se abre fija la imagen en una gárgola del Templo Expiatorio [todo el cortometraje es en blanco y negro, excepto algunas tomas esporádicas] y se describe la ficha técnico-artística para dar inicio al filme: durante ese espacio de tiempo (unos momentos) hay un haz de luz luminoso y, en seguida, se oscurece la pantalla y rigen los créditos; se escucha —fuerte— una canción de Tom Waits [tomada del disco Mule —quizás “The Black Rider” o “Innocent When You Dream”], que baja hasta quedar en un total silencio que permanece por algunos segundos.

De nuevo el vuelo de palomas en silueta, abiertas a la acción como un resultado tardío del relámpago (a), pero en silencio.

Después unas gotas de lluvia caen sobre la gárgola (b), que la cámara toma en contrapicada, para seguir un gran plano (c) de la silueta del Templo Expiatorio.

La lluvia cae, y la cámara la sigue hasta encontrarla en el piso, se mirarán las gotas repetirse (d) por algunos segundos en los charcos iluminados repentinamente por las luces de los relámpagos y sus sonidos. El agua de la lluvia se tiñe de rojo (color).

Se escucha el sonar del reloj dar la hora. Y en cierto momento la risa del Pingüino, que lastima los oídos; su mano contrahecha se abre al primer plano: entre sus dedos está una braza de cigarrillo en Close up (e), que se ilumina en un rojo encendido (color).



Interior de una taberna (en un segundo piso)

Primer plano, al principio ligeramente borrosa, la boca del Guasón (color) en una sonrisa cáustica. Permanece hasta que termina el primer parlamento de Batman.

Batman (voz en off): Hay frío en mi alma, abierta al recuerdo. La muerte de mis padres..., lo sabes bien, es un dolor que proviene de lejos. Llovía como ahora llueve en la ciudad. Me recuerdo saliendo del teatro, a toda prisa. Los pasos de mis padres como un lejano eco; se aviva en mis oídos.

Cruzamos el vestíbulo hasta salir por la puerta trasera. Estaba el callejón y la lluvia, que comenzaba a ser fuerte...


Exterior. Un callejón de Ciudad Perdida

En contrapicada los pasos de B-niño y los de sus padres, humedeciéndose con las primeras gotas de lluvia, pero luego totalmente mojados hasta las rodillas. Iluminados, dramáticamente, por las luces mortecinas de los arbotantes.

Batman (sigue voz en off): En mi corazón estaba el miedo y en mi mente un presentimiento: en la carrera por el salón del teatro pude imaginar lo que sucedería.

De hecho tuve un mal pensamiento, porque deseé que así ocurriera; estaba muy enojado con mi padre: me obligaba siempre a tener una vida que yo no deseaba. Luego me arrepentí: cuando vi tu rostro en la oscuridad del callejón; nunca creí que todo se volvería una realidad, quizás lo anhelé con gran fuerza, por eso sucedió...



Interior de la taberna

Guasón: ¿Y eso te duele, verdad? (La boca del Guasón en Close up, sigue sonriendo.) ¿Te duele aquí? (Lleva su mano hasta el corazón abierto de Batman; hunde su dedo índice hasta desaparecerlo.)

Pingüino (risa en off): Ji-ji-jí...

Batman (voz dolorida): Duele... (Se abre su capa y cubre toda la pantalla como si se tratara de la noche —Color). Duele, no puedes imaginar cuánto...

Guasón: Me gusta que te duela, lo disfruto. Podría verte sufrir por una eternidad. Pero mi placer, por el momento, ya dura demasiado... (Saca el dedo sangrante —color.)

Primer plano de la mano del Pingüino; se estremece momentáneamente y se derrama en la mesa la braza del cigarrillo (Close up). Por un instante sigue encendida en la mesa; luego se transforma en el corazón sangrante de Batman, que late pausadamente.
Escena inmediata:


Exterior. Callejón
Primer plano: el revólver disparado por el Guasón (se describe la mano enguantada), y, acto seguido, el cuerpo tirado del padre de Batman entre la basura; luego el grito en off de la madre. La lluvia cae fuerte. Primer plano del corazón sangrante. La sangre se derrama en la lluvia; se describe su trayectoria por unos segundos.
El llanto de Batman en off, durante todas la secuencias.


Interior de la taberna

Batman (sigue llorando): ¿Por qué mataste a mis padres? Él te dio su cartera, cuando se la pediste. (Imagen de la cartera y el dinero volando.) ¿Por qué? (Se miran en Close up las lágrimas correr por la máscara de Batman —color. Batman cambiando de actitud.): Yo fui un niño solitario que buscaba la felicidad, hasta esa noche. Luego el dolor. Siempre el dolor.

La risa del Pingüino en off.


Exterior. Una feria
Un gran plano de una feria llena de gente.

Guasón (burlón): Yo soy tu espejo. Quiero decir: soy tu dolor sonriente. Quiero decir: mi risa perenne te la debo a ti. (Cambiando de actitud: triste —fingidamente— un instante.) Una vez te vi en la feria: ibas de la mano de tus padres. Sentí, de pronto, la tristeza de mi infancia. La recordé sin querer. Quiero decir: soy tu espejo. El lado opuesto de tu propia existencia. Tú tuviste lo que yo no tuve. Lo supe cuando te vi de la mano de tus padres. Desde entonces fui feliz, ¡mira mi risa! (Close up de la risa del Guasón.)

La primera vez que los encontré, yo era todavía un hombre triste. Entonces los seguí por varias semanas, hasta que los encontré bajo la lluvia del callejón... Luego, ya sabes, creciste y me buscaste; al tú encontrarme me encontré. Desde entonces tu venganza fue mi venganza, porque mi vida cambió: encontré, gracias a ti, esta sonrisa que ahora ves en mi rostro. (Primer plano de la mano enguantada de Batman —color—, llena de ira.) Y soy feliz al estar frente a ti, porque seremos amigos ahora, ¿no? (Close up de la risa del Guasón.)

Se escucha la risa en off del Pingüino.

Secuencia rápida de los pasos del B-niño corriendo por el salón del teatro. En contrapicada las figuras de los padres saliendo por la portezuela trasera del teatro, encuentran la lluvia del callejón. La mano del Guasón empuñando el revólver. Se ilumina la pantalla con el disparo. El cuerpo derrumbado del padre de B-niño. El corazón latiendo hasta detenerse. La sangre se derrama hasta confundirse con el agua de la lluvia. Se escuchan los pasos del Guasón correr hacia la profunda oscuridad del callejón. La secuencia se interrumpe con un grito: el de la madre de B-niño. Se funde un primer plano de la mano del bebé Pingüino (Gran plano.): navega un moisés por el canal de aguas negras...


Interior de la taberna

La silueta del Pingüino. Se levanta de su silla y va hacia la ventana de la taberna. Se miran, a través de los cristales, las luces de Ciudad Perdida. Los relámpagos lanzan sus luces. La imagen de la mano ofrece un cigarrillo recién encendido en las contrahecha mano. La lucecita roja. El humo. La ciudad inundándose de lluvia.

Pingüino (voz en off): Una vez escuché una cita del Libro de Job, decía: “Tras las tinieblas espero la luz”, la guardé por años, quizás por siglos. Esperé, la luz nunca llegó: las tinieblas me han cubierto desde que fui abandonado en el canal de aguas negras. Hoy la recuerdo mirando caer la lluvia sobre Ciudad Perdida. Cae la maldad, cae el pecado y la abate. Deseo ver el definitivo derrumbe de la ciudad. Aguardo, su lento caer me pertenece. Y alguna vez las tinieblas la cubrirán para siempre y yo gobernaré. Soy el ser que surgió de la podredumbre y se levanta como nunca lo ha hecho. Ya nadie me detendrá, como nadie ha detenido el dolor en mí. Porque el dolor me desmorona.

Pero yo haré caer a todos los habitantes de Ciudad Perdida y sabrán de mi venganza...

Durante el monólogo del Pingüino las imágenes de Ciudad Perdida, sus bajos fondos se describirán puntuales: hombres que súbitos aparecen de las cloacas; mujeres desnudas y harapientas se masturban en las calles; asesinatos; autos que chocan; decrepitud total...

Batman (voz en off): Te busqué porque deseaba salvar a Ciudad Perdida de tu violencia, de tu horror, de la muerte que provocas...

Las siluetas de Batman y el Guasón en una calle oscura. Pelean.

Guasón (voz en off): ¡Lotería: me encontraste! Mal momento para los dos. Aquella noche no supe que eras tú. Pero el odio en tus ojos, oculto tras la máscara, reveló mi idéntico odio.
En dado momento nos miramos: los ojos en los ojos. Supe entonces que eras tú. Fue como verme al espejo.


Pingüino (su risa estridente lastima): Ji-ji-jí...

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