Leticia
López del Toro
"La abeja es
capaz de construir un panal que despierta envidia en el mejor arquitecto.
Pero en lo que la abeja no podrá superar jamás al más humilde albañil,
es en que éste, antes de hacer su obra, la dibuja en su cerebro".
Pero en lo que la abeja no podrá superar jamás al más humilde albañil,
es en que éste, antes de hacer su obra, la dibuja en su cerebro".
También
el docente proyecta en su cerebro su obra que se expande ramificadamente hacia
la facilitación del conocimiento y la formación educativa del estudiante.
Llevar dicha tarea al campo de la
práctica educativa no es una tarea sencilla, ello
implica una serie de acciones y situaciones que
muchas veces llevan a los docentes a un escenario donde el estrés
laboral es uno de los principales actores en su obra.
Reconocer
algunas situaciones de la realidad docente en el trabajo cotidiano, tiene la
intención de sensibilizar y contrarrestar sobre todo aquellas opiniones en las
que esta noble labor se ve subestimada y desvalorizada.
Por
tradición el maestro ha sido visto como un profesionista noble, ecuánime y
receptivo, que no debe denotar actitudes contrarias, como consecuencia de esta
visión, le preocupa lo que pensarán los alumnos al expresar sus emociones y
esto lleva a su inhibición, por lo que en muchas ocasiones, los docentes no
muestran genuinamente sus emociones.
Y qué
decir del descanso de los docentes que para cubrir sus necesidades económicas
deben trabajar en doble turno, por lo que su descanso se ve disminuido; hay que
tomar en cuenta que sus actividades no son simplemente las que realizan al
cubrir los horarios de trabajo en la escuela, si no que éstas también continúan
en casa (elaborar materiales didácticos, planeaciones, evaluaciones, etc.). Hay
que considerar que las personas que trabajan más de 8 horas tienden a dormir
menos, esto indica que el incremento en las horas de trabajo genera menos
descanso, además de problemas de salud y/o enfermedades degenerativas. La falta
de sueño hace que la persona mantenga en el trabajo un estado de alerta, con
cambios frecuentes en su estado de ánimo y con una atención disminuida. Otra
consecuencia de dormir pocas horas, es la mayor posibilidad de tener sobrepeso
y obesidad.
Otro
aspecto se puede identificar cuando en un trabajo de calidad se debe permitir
la integración de sus miembros y que éstos tengan un buen trato entre sí, pero
si el saludo no es cálido, las personas no ríen o dejan de compartir anécdotas,
funcionan con mayores dificultades. Muchas veces la estructura escolar genera
que los docentes no se unan y que funcionen como si estuvieran en bandos
opuestos. Por ejemplo, el trato ambiguo de los directivos, los cuales presentan
una discrepancia entre lo que pregonan y los hechos que realizan; a veces los
docentes escuchan en las reuniones académicas de inicio de curso que los
directivos están de su parte, pero como a través del periodo escolar suele
haber conflictos, estos le dan la espalda a las quejas de los maestros.
Un
aspecto más que influye para generar estrés en los docentes es sin duda el que
las autoridades educativas den preferencia a la cantidad (disponibilidad-cobertura)
en lugar de la calidad (aceptabilidad-pertinecia); el número de alumnos ha
impactado a todos los sectores escolares, pero en especial al maestro; a veces
la relación con los alumnos es distante, no hay confianza ni comprensión y eso
genera que el maestro experimente frustración, enojo, miedo o falta de respeto.
Como consecuencia del nuevo tipo de alumno, el maestro gasta sus fuerzas en
producir orden en la clase (callándolos para mantener el control, desgasta su
garganta, experimenta menos satisfacción y pierde el hilo de la noble tarea que
es enseñar), por lo que no vive la satisfacción de educar. Además de que muchas
veces la deserción de un alumno es vista con más frecuencia como una señal de
mal servicio docente.
En
conclusión, los docentes se enfrentan con diversas situaciones tales como:
alumnos conflictivos, carencia de recursos, exceso de trabajo, rivalidad
profesional, Evaluación del desempeño, baja remuneración económica,
desvaloración social, etc. Dichas condiciones negativas que rodean al docente
lo desilusionan y vienen a constituir las causas generales de que el estrés se
manifieste, (pérdida de control sobre el entorno, sufrir tratos injustos e
inequitativos, desilusión gradual del trabajo, etc.)
Invito
a todos a tomar conciencia de lo que implica esta noble labor de enseñanza y
hagamos un ejercicio para revitalizar y revalorar el trabajo docente, así como
su impacto en la sociedad y en la formación de buenos ciudadanos.
*Centro de Actualización del
Magisterio en Ciudad Guzmán
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