Samuel Gómez Patiño
En mis clases tengo como tarea
individual la lectura de artículos que los alumnos pueden consultar de revistas
como Expansión, Merca2.0, Entrepreneur, Selecciones del Reader’s Digest, la
Revista del Consumidor o de algún periódico o revista que consideren
interesante para compartir con sus compañeros.
Una vez que el alumno (a) escoge su
artículo y lo lee, se le programa para que en alguna de las clases haga una
exposición de 5 minutos lo cual abre la oportunidad de disertar con los alumnos
sobre temas variados, principalmente de capital humano, finanzas, mercadotecnia
o de cultura general. Tiene dos propósitos esta tarea: primero que tomen el
hábito de la lectura y la comprensión y segundo aprender a exponer en público
sobre diversos temas. Una vez revisada la redacción y la ortografía el alumno
lo sube en el blog de la “Opinión de los alumnos de la FCA” en la página
samuelgomez.mx.
Esta semana una alumna nos presentó
el artículo de los lentes que ayudan a las personas daltónicas, una enfermedad
que evita que quienes la padecen puedan distinguir los colores, específicamente
ven un mundo en tonos grises. Al exponer la alumna su artículo, comentaba de la
dificultad para las personas con esta enfermedad para vivir en un “mundo
normal”. Puedes observar un video en Facebook sobre el adulto mayor que al
ponerse los anteojos especiales llora cuando por primera vez puede distinguir
los colores, un regalo de sus hijos. Muy emotivo.
El comentario de la estudiante, me
hace reflexionar sobre qué es lo que podemos considerar como “un mundo normal”,
para el señor con daltonismo, toda su vida se acostumbró a ver con tonos
grises, probablemente sus padres no se dieron cuenta en sus primeros años de su
enfermedad y tuvo que lidiar toda su vida con un mundo normal, pero no para él;
me es difícil imaginar las dificultades para estudiar, trabajar y sobrevivir en
un mundo echo para los demás.
Nicholas James Vujicic, conocido
como Nick Vujicic, un australiano que nos enseña lo que es vivir en un mundo
normal, ha escrito algunos libros exitosos sobre motivación:
“Un corazón sin fronteras” (2013)
“Un espíritu invencible: el
increíble poder de la fe en acción” (2012)
“Una vida sin límites: inspiración
para una vida ridículamente feliz” (2010)
“Amor sin límites” (2015)
“Un alma valiente: descubre la
fuerza que hay en ti para vencer el bullying (y otras adversidades)” (2014)
“¡Sin brazos, Sin piernas, Sin
preocupaciones!” (2009)
Nick también nos presenta dos
filmes para reflexionar: en 2009 “El circo de las mariposas” y en 2011 “The
lost sheep”).
De niño tuvo que enfrentar una
sociedad que no está preparada para las personas discapacitadas, sufrió del
bullying de sus compañeros de escuela a tal grado que trato de suicidarse, se
encontró con espacios que no consideraban sus defectos físicos para poder
cumplir con las tareas elementales de cualquier persona como sentarse y
caminar.
Encontró en el gran amor de sus
padres la fortaleza para crecer y volverse independiente, los valores
adquiridos en casa fueron su motor principal para hoy ser una persona exitosa y
un gran motivador para quienes lo escuchan y lo rodean.
Al nacer Nick tuvo la enfermedad de
agenesia por la cual nació con síndrome de tetraamelia, que se caracteriza por
la carencia de las extremidades. ¿Qué probabilidad tiene una persona que no
tiene ni brazos ni piernas de sobrevivir en un mundo normal? En la actualidad
Vujicic es un ejemplo de tenacidad, corazón y amor por la vida, pero sobre todo
por enseñarnos que los limites no están en tu cuerpo sino en tu mente.
Nos enseña en sus videos como
aprendió a nadar, subir escaleras o sentarse en una silla, actividades fáciles
de realizar pero que para el implicaron un gran esfuerzo para adaptarse al
mundo normal, pero de la sociedad porque no estamos adaptados para ellos.
Me gusta correr, y en mi juventud
participe en muchas carreras la mayoría de 5 kilómetros aunque también lo hice
en 10 y 12. No gane ninguna pero en todas llegue a la meta, aunque algunas
veces fui el último. A mis amigos los comprometía a que me esperaran así de
perdida ellos eran el público que me veía llegar.
Así recuerdo a un corredor en
especial, llamado Martín. Las veces que competimos en la misma carrera,
generalmente me ganaba. Su incapacidad no le impedía participar y llegar a buen
término al final de la carrera, superando a muchos corredores (como su
servidor) sin discapacidad. Martín era invidente, y tenía que correr una
persona acompañándolo, pero siempre demostró su valor de participar en un mundo
echo normal para los demás.
Un mundo normal, según quien.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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