Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
A pesar
de que se conoce el impacto que la presencia de las palomas y sus heces
ocasionan en la salud humana y en los edificios públicos o monumentos
patrimonio del Municipio, en el interior y exterior del Palacio Municipal estas
aves han hecho sus nidos y vertidos sus desechos en muchas partes del inmueble,
incluyendo El Tricéfalo a José Clemente Orozco en la parte alta de la escalera
que da acceso a la segunda planta, obra del desaparecido escultor y maestro
Ramón Villalobos Castillo “Tijelino”.
Es muy cierto que existen personas
que han manifestado su inconformidad y reclamo a las autoridades municipales
por permitir la captura de palomas para su aprovechamiento en laboratorios,
procurando su sacrificio humanitario, pero como no tienen depredadores
naturales y su población aumenta día con día, tampoco no se ha aplicado otra
forma de impedir su ingreso e instalación en espacios o inmuebles en donde hay
presencia humana, tanto laborando dentro como sucede en el Palacio Municipal, o
de las personas que acuden a la prestación de un servicio o pago de otros.
De hecho, del patio central del
Palacio Municipal, donde pende una gran estructura metálica que tiempo atrás
soportaba una malla que impedía el acceso a las palomas, ha sido retirada y con
ello se ha posibilitado que las palomas hayan hechos sus nidos y estén criando
nuevas camadas de polluelos, y su presencia no solamente es notoria por los
sonidos que emiten, sino por los escurrimientos y planchas de heces que paran
en plantas o lugares por donde se transita por la planta alta, sino que el
patrimonio heredado por el maestro Tijelino esté siendo objeto de este
descuido.
Las medidas drásticas a nadie gusta,
pero cuando los bienes materiales y la salud de las personas están en riesgo,
puesto que según un trabajo de investigación publicado y acreditado a CONABIO
Biodiversitas, las palomas están consideradas como una especia invasora que
origina impactos potenciales a la salud pública y ocasionan costos económicos y
ecológicos, resulta necesario que las Autoridades Municipales se hagan
responsables del problema buscando las soluciones adecuadas, o cuando menos no
facilitando la invasión en un espacio público tan representativo y con mucho
acceso de personas, como lo es el Palacio Municipal y, de paso, protejan los
bienes patrimoniales.
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