Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El Volcán/Guzmán
Cuando
hay libertad de expresión los pueblos van por caminos de superación, de avance
y de desarrollo compartido, “Cuando se opaca la libertad de expresión, los pueblos
van hacia la ruina”. Así lo consideró el Obispo de la Diócesis de Ciudad
Guzmán, Don Rafael León Villegas, entrevistado al término de los eventos
conmemorativos a la 51 Jornada Mundial de Pastoral de las Comunicaciones
Sociales.
Se le preguntó su punto de vista
respecto de la violencia extrema que sufren los periodistas y comunicadores,
problema que aumenta y ha ocasionado el rechazo y la indignación social,
incluso fuera del país, por la saña e impunidad con que se ataca y asesina a
los comunicadores y periodistas, crímenes que por lo general casi nunca se han
esclarecido ni castigado a los culpables.
El Obispo dijo que la libertad de
expresión es una realidad que, cuando existe en los pueblos, estos pueblos
siempre van por caminos de desarrollo, y que no se ha sabido jamás que en un
pueblo donde hay libertad de expresión haya fenómenos que deterioren la
convivencia. “Cuando hay libertad de expresión normalmente los pueblos van por
caminos de superación, de avance y de desarrollo compartido, y cuando se ataca
la libertad de expresión los pueblos van hacia la ruina”.
Señaló que en estos momentos en
México, tanto los que piensan, los que opinan como los políticos y pensadores
están muy preocupados por los ataques a los periodistas y los asesinatos que ha
habido. “Evidentemente que sí tenemos que ponernos a pensar y a reflexionar que
el respeto por la viva humana debe ser para todos, pero cuando se ataca a los
comunicadores por lo que comunican, sobre todo cuando comunican la verdad,
evidentemente hay que detener la reflexión, el pensamiento y sobre todo buscar
la justicia, castigar a los culpables y promover la libertad de expresión”.
ATAQUE
A LOS SERVIDORES DE CRISTO
Don Rafael León Villegas señaló que
de este fenómeno tampoco escapan los sacerdotes de la Iglesia Católica.
“Algunos sacerdotes han sido maltratados por esta violencia, por la
delincuencia y esta falta de respeto por la vida, y cuando ya, dentro de los
espacios sagrados de Dios y de la Iglesia suceden estos acontecimientos, eso
indica que hay un mal que corroe el corazón de los hombres, y aunque no siempre
hay una voluntad mala, sí hay males en el corazón de los hombres que estamos
llamados a superarlos”, abundó.
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