Carlos Antonio Casano Rodríguez, representante del Instituto Panamericano de
Alta Dirección de Empresas, (IPAE) en Guadalajara, tuvo una exposición dentro
de la Expo Agrícola, “me pidieron que, de alguna forma u otra, diera una
plática de cómo se aprende o se discute el método del caso, por lo mismo
trajimos un caso pequeño”.
Este caso, se trata de una pequeña empresa, que es manejada por una familia,
“lo que quise fue unir una problemática comercial, que es originada por malas
decisiones, desde el punto de vista gobierno corporativo”, tratando de ilustrar
que para que una empresa tenga éxito de cara al mercado, esta se tiene que
organizar bien, como empresa, sobre todo si es familiar, “pero sobre todo dejar
que las personas que verdaderamente pueden manejar el negocio, lo hagan”.
Carlos Antonio Casano considera que uno de los grandes problemas de las
empresas familiares, es que ganan los sentimientos de los lasos familiares,
pero da un tip de cómo superar esto: “es un tema de poder decidirse hacerlo,
después tenernos paciencia, ayudarnos con un consejo de administración, que nos
sirva de contra peso, y nos ayude a los empresarios a tomar las mejores
decisiones”.
Para concluir, dio un consejo a las pequeñas empresas que van iniciando, “que
la empresa familiar es un tesoro extraordinario, pero el patrimonio familiar lo
cuidaremos mejor, en medida de que lo majemos profesionalmente, ya sea con
nuestros familiares, pero considerando la apertura de que gente externa nos
pueda ayudar a dirigir”.
Cuando iniciamos un negocio, este se convierte en nuestro hijo, y es importante saber soltar la rienda. Al igual que a nuestros hijos, soltarle la mano nos trae incertidumbre y estrés, con la empresa familiar sucede lo mismo, debemos aprender a compartir y en su caso a delegar responsabilidades en personas preparadas para ello, pero sobre todo en quienes también se apasionen por la empresa.
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