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viernes, 26 de mayo de 2017

Educación en materia turística y el desarrollo económico local




Noé Guadalupe Rodríguez


En este artículo se toma como base general la teoría del desarrollo local (también conocido como «endógeno» o «desde abajo»), la cual postula que el desarrollo debe ser inducido desde el ámbito local, mediante la promoción de actividades económicas y socioculturales a través de la organización de la comunidad, las instituciones educativas, los empresarios y el gobierno.


Este nuevo enfoque critica la concepción tradicional del desarrollo, pues sostiene que éste ha sido visto por aquélla de una manera vertical, centralizada y «desde arriba». Además, sostiene que se ha confundido al desarrollo con el mero crecimiento económico (Jiménez, 1997, p.48). El enfoque del desarrollo local se aleja, pues, de la economía convencional y de determinados enfoques de la economía del desarrollo.

Se trata de un enfoque que toma como unidad de actuación principal al territorio o ámbito de una determinada comunidad local; se basa en la movilización y participación de los actores territoriales, públicos y privados, como protagonistas principales de las iniciativas y estrategia de desarrollo local, y supone el abandono de las actitudes pasivas (dependientes de las subvenciones o ayuda externa), ya que se basa en la convicción del esfuerzo y decisión propias para establecer y concertar localmente la estrategia de desarrollo a seguir (Alburquerque, 2003, p.12). Sen (2000), incluso, ha llegado a reconocer el papel fundamental que desempeña la agencia individual. Desde su perspectiva, el desarrollo consiste en otorgarle a los individuos más y mejores oportunidades para ejercer su “agencia razonada” (p.16).

Los argumentos de dicho autor son muestra del cambio que se experimenta en la noción de desarrollo; ahora se tiende a plantearlo más que como un aspecto macro-estructural, como un incremento de la participación de los actores locales en sus propios procesos de desarrollo. Cada vez se reconoce más la necesidad de que los agentes locales sean los principales protagonistas en la gestión de los recursos y en la propuesta de iniciativas. Esto es así, porque se reconoce que son ellos quienes, gracias a la cercanía que tienen con su medio, a las redes sociales que se tienden entre sí y al conocimiento de su realidad, pueden facilitar, vigilar y, de alguna manera, reconducir los procesos de desarrollo «desde abajo».

No obstante, para que esos actores puedan ejercer su agencia razonada, tienen que tener acceso a la educación; esto es, las “necesidades básicas de aprendizaje para el desarrollo local” deben estar cubiertas. Lo anterior implica la construcción de conocimientos pertinentes (diagnósticos locales, inventarios de recursos naturales y culturales, entre otros); el desarrollo de valores y actitudes con respecto a la valoración cultural, natural o a la proyección futura y creativa de la colectividad; el desarrollo de habilidades y capacidades productivas y laborales; la incorporación sistemática de los contenidos locales en los programas educativos desde una perspectiva de desarrollo humano, integral y sostenible; la evaluación de la base educativa de la población; el fomento de la ética ambiental y de la capacidad práctica de gestión adecuada del medio ambiente, y el incremento de aprendizajes técnico-sociales relacionados al desarrollo de ventajas comparativas en la localidad (OIT y CINTERFOR, 2008 consulta 10 de noviembre).

Desde esta perspectiva, cuando se habla de educación en materia turística, innegablemente la teoría del desarrollo turístico sustentable es de gran utilidad pues, como se verá más adelante, sus preceptos se identifican con los de la teoría del desarrollo local. En el pensamiento actual existe confusión entre los conceptos desarrollo y crecimiento económico, lo cual provoca la explotación de recursos de una manera desmedida y sin visión alguna hacia la conservación de la materia prima. El crecimiento significa un incremento en el tamaño o en el número, mientras que, por otro lado, el desarrollo es integral e incluyente, tomando en cuenta las necesidades de la comunidad receptora, para mejorar su calidad de vida. El componente de calidad de vida y oportunidades sociales en el caso del sector turístico pueden ser abordados por los siguientes objetivos: 1) articulación del desarrollo turístico al desarrollo local y regional; 2) autoformación de la cultura local; 3) consolidación de un sector que se encuentre en la generación de trabajo calificado, con altas remuneraciones (Arnaiz, 2001, pp.18 y 19).

Se entiende, entonces, que para generar el desarrollo local a partir del aprovechamiento los recursos turísticos, se debe contar con personas capacitadas y adiestradas en los preceptos que postula la mencionada teoría, las cuales ayuden al turista a vivir su recreación de manera responsable. La tarea de un guía especializado en el área visitada, es interpretar los fenómenos naturales, culturales e históricos, que a simple vista el turista no podría comprender, y atender de manera adecuada al turista, ser un buen anfitrión. En ese contexto, la educación continua se presenta como una gran alternativa para el desarrollo turístico de la región.

En la vida presente existen diferentes formas de capacitación, pero todas y cada una de ellas fortalece el desarrollo local y regional. Entre aquellos que acuden a capacitarse a una institución educativa, hay quienes recurren a la educación permanente, quienes lo hacen a la educación para adultos, quienes implementan en su empresa la pedagogía laboral o simplemente realizan una extensión para capacitarse en las áreas rurales a través de la educación, cuyo único objetivo es el desarrollo. Extensión, capacitación y educación, pues, son un apoyo para trazar la línea del desarrollo local y regional a través de una institución educativa.

La extensión permite el acercamiento entre las instituciones educativas para informar sobre técnicas nuevas a la sociedad, la capacitación informa y forma a la persona para que pueda realizar una actividad específica y la educación prepara a la persona para realizar tareas presentes y futuras en la transformación social y científica. La educación se orienta hacia el desarrollo integral de la persona, mientras que la formación se orienta al desarrollo del profesional en el contexto específico del trabajo. La educación sienta las bases sobre lo que posteriormente se edificarán, mediante la formación, las cualificaciones profesionales. Sin persona capacitadas para atender a l turista, difícilmente podrá el turismo generar un desarrollo económico. Y tu ¿a qué atribuyes que en ciudad Guzmán no se ha realizados un desarrollo turístico Sustentable? Me gustaría saber tu opinión en: tsutanoe@yahoo.com.mx, elvolcan.venta@mail.com.


EL DATO



La Organización Mundial del Turismo (OMT) define al turismo como la suma de relaciones y servicios resultantes de un cambio de residencia temporal y voluntaria, no motivada por razones de negocios o profesionales (Ortuño, 1966, p.25). En la fórmula más sencilla, el turismo es la afición a viajar por el gusto de recorrer el mundo. La idea de traslado está en la base del turismo, pero ese traslado ha de ser temporal, es decir ha de estar limitado a un mínimo y a un máximo de permanencia o de duración. Desde 1937, la Sociedad de las Naciones y, posteriormente la ONU, han tenido cuidado, a efectos estadísticos, de precisar que: Sólo puede entenderse como turista a quien permanece más de 24 horas en un lugar distinto al de su residencia habitual, no motivado por cuestiones de negocios o laborales, para uso de su recreación, y que no varían de un máximo de 6 meses en dicho lugar (Ortuño, 1966). A su vez existen dos grandes tendencias en el turismo: una es el tradicional o convencional y la segunda es el alternativo. La primera plantea un modelo cerrado de viaje, mientras que la segunda se caracteriza, precisamente, por su apertura.

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