Noé Guadalupe Rodríguez
El umbral de un
nuevo siglo y un nuevo milenio. No es necesario soslayar los graves problemas
que tenemos planteados en materia de preservación de la naturaleza y pérdida de
la identidad cultural e histórica, en los últimos 20 años, México ha tenido un
profundo proceso de cambio en la conservación de la naturaleza, hemos visto
nacer una nueva sensibilidad social y política hacia la fauna y la flora, pero también
hacia sus valores históricos, tradicionales e indígenas, entre esto destaca el
conocimiento científico de los recursos naturales y la potenciación de los
valores culturales, tal es el caso en especial de las artesanías, aunado al
impulso que se está gestando en el uso y elaboración de productos biodegradables
y ecológicos.
Sistemas
naturales y biodiversidad de México, es rico mosaico en paisajes, cuenta con
una amplia gama de áreas naturales que van desde exuberantes selvas del sureste
hasta los áridos desiertos del norte, incluyendo las zonas lacustres y templadas
y, desde luego, los extensos litorales del Golfo de México, el Océano Pacífico
y el Mar Caribe.
Todo esto
conforma un patrimonio común de los mexicanos y constituye una responsabilidad
para cada uno de los que vivimos en el territorio nacional, así como de sus
visitantes. La vegetación natural, como expresión sintética de todos los
factores ambientales, se ha desarrollado en México bajo casi todas las formas
posibles, desde las selvas perennifolias de los Chimalapas o de la Lacandonia,
que reciben entre dos y cinco mil milímetros de precipitación anual, hasta los
desiertos de Sonora y Baja California, que figuran entre los más áridos del
mundo.
El país está
dividido en dos grandes regiones con características muy contrastantes: la
región Neártica (templada) y la Neotropical. Ambas regiones presentan ambientes
secos y húmedos. En la templada los ambientes secos son zonas áridas y los
húmedos bosques y pastizales. En la región tropical los ambientes secos están
representados por las selvas secas y los matorrales espinosos, y los ambientes húmedos
por las selvas altas y medianas perennifolias.
De la misma
manera en el país se han definido cuatro zonas ecológicas: la árida, la templada,
la de trópico húmedo y la de trópico seco, tomando como pauta de delimitación
al nivel de regionalización más general que es el clima, ya que es un factor
determinante para la existencia de los diferentes tipos de vegetación, además del
patrón hidrográfico, que a su vez condiciona una fauna particular y actividades
económicas específicas, como el turismo.
En su condición
original, las selvas tropicales húmedas se presentaban a partir de Tamaulipas y
San Luis Potosí, descendían por la vertiente del Golfo y se extendían hasta el
extremo sur de la costa del Pacífico y la frontera con Guatemala. La vegetación
tropical en México se ha adaptado a los diversos regímenes pluviales y
sustratos edáficos para dar origen a los bosques tropicales subperennifolios, a
las sabanas, las selvas caducifolias y a las selvas bajas espinosas.
A partir de
niveles inferiores de precipitación aparece la vegetación xerófita, que puede alcanzar
puntos extraordinarios de diversidad, como sucede en el Valle de Tehuacan -
Cuicatlán, entre Puebla y Oaxaca. Condiciones específicas de topografía, latitud
y vientos oceánicos determinan la existencia de bosques mesófilos en la ceja de
las sierras expuestas a la influencia del Golfo de México o del Océano
Pacífico, o bien, de grandes macizos de bosques de coníferas o encinos, que
cubren las partes altas de las montañas y del altiplano. En las partes más
elevadas, los zacatonales o páramos y las nieves perennes coronan las cumbres
del Eje Neovolcánico.
Los hábitats
acuáticos y costeros completan la extraordinaria riqueza ecológica del país.
Arrecifes, lagunas, pantanos, rías y manglares configuran complicados sistemas ribereños,
que no sólo constituyen los ambientes de mayor productividad biológica, sino
que vierten además importantes volúmenes de nutrientes a los océanos, dando
lugar a diversas cadenas alimenticias marinas.
Ello ha
producido que en la República Mexicana exista una riqueza y una diversidad de
especies de plantas y animales muy superior a la que se encuentra en todo el
resto de Norteamérica al norte del Río Bravo, a pesar de que nuestra superficie
territorial es once veces menor.
Los siguientes
ejemplos ilustran la riqueza natural de México
a) Figura entre
los 12 países considerados como de megadiversidad biológica. b) Ocupa el cuarto
lugar mundial con respecto al número de especies de plantas. c) Ocupa el
segundo lugar, en cuanto a los mamíferos. d) A nivel mundial, México es el país
con mayor diversidad y mayor número de endemismos en reptiles. e) Con apenas el
1.4% de la superficie terrestre planetaria, México posee cerca del 10% del
total de especies conocidas en el mundo. f) En la porción del caribe mexicano
se conforma la segunda cadena Mundial más grande de arrecife coralino. g) Nuestro
país destaca además por sus endemismos, es decir, por la presencia de
organismos que no existen en ningún otro país. Considerando tan sólo la flora,
el porcentaje de endemismos oscila entre el 44 y el 63%, mientras que, para los
vertebrados, la proporción es del 30% en promedio.
Fuente Fascículo
1 Serie Turismo Alternativo; TURISMO ALTERNATIVO UNA NUEVA FORMA DE HACER
TURISMO México, D.F. 2004 Secretaría de Turismo, Subsecretaría de Operación
Turística Dirección General de Desarrollo de Productos Turísticos, Dirección de
Desarrollo de Turismo Alternativo: Contenidos Lic. Ángel Nieva García
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