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martes, 4 de abril de 2017

Literaturas extranjeras en la obra de Vicente Preciado Zacarías

>Un momento por favor                     




José de Jesús Juárez Martín



Si hay un personaje en vida, reconocido actualmente por su literatura en Ciudad Guzmán es: Don Vicente Preciado Zacarías, de prolífica obra, que en el comentario periodístico cautivó con brevedad de escritura y persistentes ecos del conocimiento literario universal literario. Acucioso el Mtro. Alfredo Hermosillo, talentoso poeta escritor autor del Capítulo VI. Menciona de Brevensayos; a decir de don Vicente, “fichero de nombres, lugares, datos y datas tomado a préstamo a Juan José Arreola...” de autores como Alfonso Reyes, López Velarde, Juan José y muchos otros nacionales y extranjeros, pero circunscribe la atención del Mtro. Hermosillo a cuatro escritores extranjeros que enriquecen la literatura nuestra al ser conocidos por los lectores y dejar modelos a seguir, se refiere a James Joyce, Marcel Prous, Lev Nikoláievich  Tolstói y Nicolái Gógol. 


Con relación al libro Ulises de Joyce, el Doctor Vicente considera que es un libro imprescindible de leer por su estilo, estructura compleja que lo convertido en clásico universal, reconociendo que no es fácil leerlo al principio porque está exento de signos de puntuación, él tendrá después de años un rencuentro muy feliz  de lectura cuya escritura es un inventario de la humanidad en el tiempo de vorágine del final del siglo XIX y apertura del nuevo siglo. Admira el estilo de Prouse, autor en “Busca del tiempo perdido”y a quien reconoce como el creador del título más hermoso a un libro: “A la sombra de las muchachas en flor”. El Maestro Alfredo reconoce del Maestro Preciado su respeto profundo a los libros, lector intenso y selectivo para no perderse en el mundo de la producción prolífica y destaca el comentario. “Quién después de Proust puede atreverse a amenazar a sus amigos con la edición de nuevo libro? Deja un criterio para abordar las obras destacadas de Joyce y Prost, ser lector maduro sin prisas o ansiedad. 

Con el entusiasmo en alto, dijera el poeta jalisciense González Martínez “...  y el ánimo entero como el primer día”. Aborda a los literatos rusos, Tolstoi y Gógol, ensayos que presenta semanalmente por la prensa local de Ciudad Guzmán, sembrando  juicios, emotividad y preferencias constituyendo testimonio de selecta historia literaria regional”.

Encontramos en La muerte Iván Ilich de Tolstoi, los cuidados, sufrimientos y enfermedades del protagonista de la obra, nos recuerda La Muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, situación conflictiva humana que desata los sentimientos más nobles o los más abyectos según el libre albedrío y vocación de los personajes. Descubre con maestría, el dolor humano y la vejación de la carne que termina la vida como agua que se escapa del puñado o la racha de viento en el pinar en tarde de verano.

También el escritor ruso Nikolái Gógol ocupa a DonVicente con finura y elegancia de orfebre en el esbozo evolutivo de la esquizofrenia de Ivanovich, músico de profesión; veinte entradas consignan el aumento de la enajenación y que, a decir del autor, en estos años se podría valorar como auténticas fichas clínicas y termina clasificando la obra de sentida profundidad poética la historia clínica narrada que lleva de la risa a la amargura.

Otro artículo, El capote, del mismo autor Gógol, trata de las privaciones del copista Akaki Akakevich, modesto empleado que gasta sus ahorros en la compra del capote para afrontar el crudo invierno, cuando lo estrena le es robado por los amantes de lo ajeno, para luego proveerse de un rifle que lo extravía sin haberlo disparado; en el escrito subyace la crítica a la clase social dominante  y la tipifica, asómbrese, en militares, ministros, burócratas que desfiguran al ser humano, en la obra muestra la compasión por los oprimidos insignificantes en la sociedad, sepultados con la carga del trabajo por la lucha diaria por la vida.

Finalmente enfatiza el Mtro. Alfredo como conclusión los diversos tratamientos a la literatura de los cuatro autores europeos elegidos. Las obras de Joyce y Proust, resaltan su estilo complejo en su estructura, y riqueza eufónica de buena y elaborada creación literaria.  Con los escritores rusos destaca la ocupación de las letras en los aspectos ético, social, de acuerdo a la visión evangélica de amor al prójimo, vencimiento del amor propio, egoísta... un consuelo en su situación para los que sufren y de reflexión a la fugacidad de la vida personal en la aspiración por superar los problemas profundos de la convivencia.



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