>Los conjurados
Ricardo Sigala
El pasado 30 de marzo murió don
Federico Munguía Cárdenas, tenía 89 años y había dedicado prácticamente toda su
vida a investigar, pensar, reflexionar, discutir, escribir, en fin, a intentar
comprender y difundir la historia y la identidad de nuestra región, en
particular de Sayula, su ciudad natal. Federico Munguía fue uno de esos hombres
que tanta falta nos hacen en nuestros días, un ciudadano que comprende que
estamos hechos de nuestra historia, que sin ella no somos más que una
circunstancia ocasional, sin brújula en este mundo. Federico Munguía sabía que
nuestra realidad no nació con nosotros, que somos una continuidad y que en la
medida en que sabemos de dónde venimos, cómo fueron y qué pensaron nuestros
antepasados, entonces podemos entender quiénes somos nosotros y a dónde debemos
dirigirnos.
Fue el cronista de Sayula durante
muchos años. Entre los libros que escribió destacan “La Provincia de
Ávalos”, Memoria gráfica del carnaval de Sayula (1917-1969),
publicado por la Secretaría de Cultura de Jalisco; Música y músicos
sayulenses; Los Montenegro, una familia distinguida de
Jalisco y Antecedentes y datos biográficos de Juan Rulfo. Fue miembro
de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística, del Estado de Jalisco
capítulo sur, y miembro distinguido del Seminario de Cultura Mexicana. Derivado
de esos y otros méritos su ciudad natal lo homenajeó al incluir su nombre en
letras de oro en la sala de cabildo. Además, fue propuesto al Premio Jalisco en
2015. Pero Federico Munguía no sólo fue escritor e historiador, también fue
periodista, fundador del periódico El Tzaulán, e incansable promotor cultural.
Quizás uno de los puntos clave de
su vida y obra tenga que ver con la amistad que tuvo con Juan Rulfo, Munguía
llegó a agradecer públicamente al autor de Pedro Páramo por su ayuda para la
publicación de su primer libro La provincia de Ávalos… Otro hecho de suma
importancia en torno a esta figura es haber localizado el acta de nacimiento de
Juan Rulfo en el Registro Civil de Sayula, fechada el 16 de mayo de 1917. Un
documento clave en torno a la vieja discusión sobre el lugar de nacimiento de
Juan Rulfo. Aunque el mismo Munguía reconoció que a Rulfo no le gustaba
aceptarlo y que siempre que tenía oportunidad, se asumía oriundo de San
Gabriel. Federico Munguía estaba contemplado para participar en las actividades
sobre el centenario del natalicio de Juan Rulfo, suponemos que ahora pasará a
ser también homenajeado.
Más allá de estos méritos, llama la
atención la cantidad de gente de la cultura que lo respetaba, lo admiraba y le
profesaban una amistad sincera: pienso en los nombres de Dulce María Zúñiga,
Felipe Ponce, más allá de la región Sur; y en Vicente Preciado Zacarías, Héctor
Olivares, en Ciudad Guzmán. Don Federico
Munguía, desde su pasión y amor por Sayula, su historia y su cultura, ha hecho
una contribución de la que todo somos indudables deudores.
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