Quizá
la ética sea una ciencia que ha desaparecido del mundo entero. No importa,
Tendremos que inventarlo otra vez Jorge Luis Borges.
¿Qué es
la Carta de la Tierra? es una declaración de principios fundamentales para la
construcción de una sociedad global en el siglo XXI justa, sostenible y
pacífica. Busca inspirar en todos los pueblos un nuevo sentido de
interdependencia y responsabilidad compartida por el bienestar de la familia
humana y del mundo en general.
Es una
expresión de esperanza y un llamado a contribuir a la creación de una sociedad
global, en el marco de una coyuntura histórica crítica. La visión ética
inclusiva del documento reconoce que la protección ambiental, los derechos humanos,
el desarrollo humano equitativo y la paz, son interdependientes e indivisibles.
Ello brinda un nuevo marco en relación con la forma de pensar acerca de estos
temas y de cómo abordarlos. El resultado incluye un concepto más amplio sobre
qué constituye el desarrollo sostenible. La Carta de la Tierra es el producto
de conversaciones interculturales llevadas a cabo en el ámbito mundial durante
una década, con respecto a metas comunes y valores compartidos.
La
necesidad de contar con una Carta de la Tierra nos encontramos frente a un
momento crítico en la historia, el cual depara grandes promesas, pero también
grandes riesgos. Con los peligros que representa la guerra, la injusticia
social y económica, y las amenazas ambientales, la humanidad debe determinar
cómo asegurarse un futuro sostenible.
Los
avances en las comunicaciones a escala mundial y la globalización cada vez
mayor de las economías y de la cultura prueban que existe la necesidad de
contar con una visión y un enfoque integrados para abordar los problemas
interrelacionados que enfrentamos. Éstos mismos también son un llamado a
alcanzar un nuevo sentido de responsabilidad y acción globales, los cuales
requieren cambios básicos en los valores, comportamientos y actitudes de los
gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.
La
Carta de la Tierra es un instrumento para abordar estos temas y estimular el
cambio. La Carta de la Tierra nos reta a examinar nuestros valores y a escoger
un mejor camino. Nos hace un llamado a buscar un terreno común dentro de
nuestra diversidad y a elegir una nueva visión ética compartida. Algunos
antecedentes: en 1987, la Comisión Mundial de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y Desarrollo hizo un llamado para la creación de una nueva carta que
anunciara los principios fundamentales para alcanzar el desarrollo sostenible.
Representantes
de organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, trabajaron
para asegurar la adopción de una Carta de la Tierra durante la Cumbre de la
Tierra, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. A pesar de que la Carta
serviría como marco ético para la Agenda 21, el momento no fue propicio. Por
ello, en 1994, el Consejo de la Tierra y la Cruz Verde Internacional,
conjuntamente con el gobierno holandés, retomaron el movimiento de la Carta de
la Tierra con la intención de impulsarlo con base en esfuerzos anteriores y
para reunir a los actores clave de nuestra sociedad.
En 1997
se formó una Comisión de la Carta de la Tierra con el fin de supervisar el
proyecto y la redacción de este documento. En ese mismo año, durante la
conclusión del Foro de Río, celebrado también en Río de Janeiro, la Comisión de
la Carta de la Tierra emitió el Borrador de Referencia de la Carta de la
Tierra.
La
iniciativa de la Carta de la Tierra organizó el proceso participativo de
consulta más abierto que se haya efectuado jamás, en relación con la redacción
de un documento internacional. Miles de individuos y cientos de organizaciones
provenientes de todas las regiones del mundo, de diferentes culturas y de
diversos sectores de la sociedad, han participado en este proceso. Tanto
expertos como representantes de las comunidades de base han ido moldeando la
Carta de la Tierra. El documento representa un tratado de los pueblos, el cual se
establece como expresión primordial de las esperanzas y aspiraciones
provenientes de la sociedad civil global emergente. Con base en estas
contribuciones realizadas al proceso de consulta, el texto fue revisado
ampliamente.
La
Comisión de la Carta de la Tierra emitió una versión final del documento en
marzo de 2000. La iniciativa de la Carta de la Tierra ha entrado en una nueva
fase, la cual se centra en llevar estos principios a la acción. Para ello, el
gobierno mexicano declaró su apoyo durante la Cumbre Mundial de Desarrollo
Sustentable, celebrada en Johannesburgo, Sudáfrica, para lo cual México
constituye el Comité Nacional para la Carta de la Tierra operado por un
Secretariado Nacional, con el propósito de cristalizar los objetivos de la
Alianza Tipo II, “Educando para un Estilo de Vida Sostenible con la Carta de la
Tierra”.
La
iniciativa de la Carta de la Tierra I. MISIÓN Establecer una base ética sólida
para la sociedad civil emergente y ayudar en la construcción de un mundo
sostenible, basado en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos
universales, la justicia económica y una cultura de paz. II. OBJETIVOS 1.
Diseminar la Carta de la Tierra entre individuos y organizaciones de todos los
sectores de la sociedad en el mundo. 2. Promover el uso educativo de la Carta
de la Tierra en escuelas, universidades, comunidades religiosas y dentro de una
gran variedad de entornos y contextos, y elaborar y distribuir los materiales
de apoyo que se necesiten para ello.
3.
Promover y apoyar el uso y ejecución de la Carta de la Tierra, así como la
adhesión a la misma por parte de la sociedad civil, el sector de negocios y los
gobiernos Buscar el respaldo a la Carta de la Tierra por parte de la Asamblea
General de las Naciones Unidas en el año 2002, al cumplirse el décimo aniversario
de la Cumbre de la Tierra. III. USOS DE LA CARTA DE LA TIERRA Existen
diferentes maneras de utilizar la Carta de la Tierra, al igual que para conocer
sus valores. Usted puede utilizar la Carta de la Tierra como: Herramienta
educativa para alcanzar una mejor comprensión respecto de aquellas elecciones
críticas que la humanidad debe efectuar, y la urgente necesidad de
comprometerse con una forma de vida sostenible. Una invitación a individuos,
instituciones y comunidades para la reflexión interna acerca de las actitudes
fundamentales y los valores éticos que dirigen nuestro comportamiento. Catalizador para lograr el diálogo
multisectorial, entre diferentes culturas y credos, con relación a la ética
global y el rumbo que está tomando la globalización.
Un llamado
a la acción y como un lineamiento hacia una forma sostenible de vida que pueda
exhortar al compromiso, la cooperación y al cambio. Marco de valores para crear
políticas y planes para el desarrollo sostenible en todos los ámbitos.
Instrumento para diseñar códigos profesionales de conducta que promuevan la
responsabilidad, y para evaluar el progreso en marcha hacia la sostenibilidad
dentro del sector de los negocios, las comunidades y las naciones. Instrumento
de ley blanda que proporcione una base ética para el establecimiento progresivo
de normas jurídicas ambientales y del desarrollo sostenible.
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