martes, 7 de marzo de 2017

Retos y oportunidades del trabajo del profesor universitario del siglo XXI

Antonio Jiménez Díaz


El 22 de febrero del año en curso, el Dr. Juan Cianciardo, académico de la Universidad de Navarra, España, dio una conferencia en la Universidad Panamericana, campus Guadalajara, donde compartió algunas reflexiones relacionadas con el trabajo del profesor universitario del siglo XXI.


            Las áreas en las que un profesor universitario se desempeña hoy en día son: docencia, investigación y gestión.

            En el ámbito de docencia, la función esencial del profesor es buscar que el alumno reflexione con relación a una serie de contenidos y, en su caso, obtenga habilidades y competencias, en el ánimo de que, como profesionista pueda cumplir determinadas tareas como abogado, legislador o juez. Las tareas que un profesor debe cumplir en esta actividad es preparar las clases, la clase misma y la evaluación. Todas estas requieren un empeño y dedicación de los profesores, con independencia de su experiencia y del conocimiento de un área del saber.

            En el segundo aspecto, se encuentra la investigación, piedra angular del funcionamiento de las universidades, en virtud de que, la generación del conocimiento representa en gran medida el deber ser de las instituciones de educación superior. Los profesores de base o tiempo completo deben dedicar horas formalmente a la lectura, escritura y, a la gestión de la investigación, entre lo que se encuentra la publicación formal de trabajos.

            En el tercer aspecto, el de gestión, es quizá una de las tareas necesarias pero que se encuentra más distante del ejercicio del profesorado, bajo la frase “el cargo administrativo se debe recibir con gusto y dejar con mucho más gusto”, el académico refirió lo que, desde su punto de vista es una tarea que, absorbe el tiempo del profesor y lo aleja en gran medida de su función de investigar y enseñar.

            Con relación a cómo combinar el tiempo, el académico refería que, la labor de investigación no debe ser sacrificada o disminuida, se debe dedicar por lo menos una tercera parte del tiempo de trabajo, siendo deseable, dependiendo del tipo de nombramiento del profesor que llegue a dedicar hasta la mitad de su tiempo a esta función.

            En cuanto a la docencia, esta podría llegar a cubrir también una tercera parte del tiempo del profesor, sin embargo, esto podría reducirse dependiendo del perfil del profesor, en virtud de que se debe dar un poco más de ponderación a su labor investigadora que sobre la enseñanza. Ahora bien, sobre el método de enseñanza, dadas las transformaciones del conocimiento, se propone introducir el método del caso para la enseñanza del derecho, lo que se puede hacer gradual con una o dos unidades de aprendizaje por semestre, ello en virtud de que, la mayoría de los alumnos de licenciatura requieren habilidades que no les son proporcionadas con tareas de memorización de conceptos y artículos de leyes.

            Por último, para lograr que los profesores no se distraigan demasiado en labores de gestión, se sugiere que el profesor dedique, mediante estrategias de protección institucional, al menos una hora diaria y un mes completo por año a leer y escribir, esto es, a investigar. Se sugiere así que, la rotación de profesores que se dedican a labores administrativas sea permanente con el objeto de que no se pierda la práctica en la función investigadora.

            Las reflexiones anteriores son importantes, sin embargo, quizá la más relevante de todas es la de crear y practicar un ideario institucional que delimite el rumbo de la Universidad, sus profesores y sus alumnos, soportados por la administración.


            Es posible que, no todas las ideas descritas sean compartidas por algunos actores involucrados en la función académica o que, en su caso, se puedan complementar con otras propuestas, sin embargo, la calidad de fondo ha de considerarse, incluso por encima de la de forma, vale mucho invertir en personas más que en edificios.

1 comentario:

  1. Me parece muy acertados sus comentarios, soy maestro de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Baja California y a través de las actividades administrativas se limita la parte sustantiva de la educación el alumno. En un mundo de "papelitis" se pierden demasiadas horas dedicado a la presentación de probatorios de lo que haces, acumulando una buena parte del tiempo en actividades que no impactan al educando.

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