Noé Rodríguez Patiño
Con el
reciente ingreso en un nuevo siglo, la humanidad se encuentra inmersa en un
activo proceso de desarrollo científico tecnológico, en su búsqueda por mejorar
su calidad de vida, que le han permitido, entre otras cosas: hacer que las
distancias se acorten, reduciendo así el tiempo que necesita para trasladarse
de un lugar a otro, ha encontrado cómo comunicarse no importando la distancia y
el lugar, la cura a viejas y nuevas enfermedades, mejorar la producción de sus
alimentos, entre otros.
Paradójicamente,
buscando este bienestar y comodidad en su vida cotidiana, ha realizado un
consumo irracional y excesivo de los recursos naturales, provocando la
contaminación, degradación de la tierra, del aire y del agua, así como la
pérdida de identidad cultural y el individualismo laboral, como consecuencia
principalmente de la explosión demográfica, del hacinamiento humano, la
distribución desigual de la riqueza y del aislamiento social, que bien podría
decirse son factores limitantes de desarrollo, que van minando incluso las
posibilidades de su propia existencia.
Como
consecuencia de un proceso gradual de educación ambiental y toma de conciencia,
la problemática ecológica se ha instalado como uno de los temas que mayor
inquietud genera el hombre contemporáneo, provocando un cambio de tendencia
relacionado con nuevas formas de contacto con el ambiente, un trato diferente
con el cuerpo y una mayor conciencia de la responsabilidad individual frente a
los problemas colectivos.
El
hombre está tomando conciencia que es él quien está sobre explotando y
contaminando los recursos naturales, ocasionando la deforestación,
desertización, la pérdida de mantos friáticos, de especies animales y vegetales
y de la biodiversidad en sí, teniendo como consecuencia los cambios climáticos,
calentamiento global, destrucción de la capa de ozono, lo que ha generado un
cambio de actitud del hombre con relación a la naturaleza.
Sin
embargo, tuvieron que suceder algunos hechos que funcionaron como catalizadores
para este cambio en la sociedad, hacia una postura que pone énfasis en la
relación del hombre con el ambiente:
Los
estudios y denuncias de científicos, que han sido voces de alerta con
argumentos reales y concretos acerca de la problemática ecológica. El surgimiento de movimientos
conservacionistas, que actúan como entes denunciantes y creadores de la
conciencia ambiental. Las conferencias de la ONU sobre medio ambiente y
desarrollo sustentable, manifestación de la preocupación mundial por asegurar
el desarrollo, tomando en cuenta la problemática ecológica.
La
proliferación de Organismos No Gubernamentales (ONG‘s) que estudian, investigan
y promueven el empleo de mecanismos de conservación de la naturaleza. Los
medios de comunicación que han favorecido la creación de una conciencia
ambiental a través de la difusión de dichos temas. La creación de Áreas
Naturales Protegidas para la preservación de ecosistemas y especies.
Ante
este cambio, el hombre de las grandes ciudades, que vive diariamente el
tránsito vehicular, la tensión cotidiana generada por las presiones por obtener
éxito en su labor y la remuneración económica, por ello, para satisfacer sus
necesidades, muchas veces impuestas o creados por una moda o por la misma
sociedad, que sufre el aislamiento familiar, social y laboral por el número de
horas que tiene que estar en una oficina, taller o centro comercial, encuentra
en el contacto con la naturaleza, el complemento necesario y vital para no
sentirse alienados por el ambiente artificial en el que vive y buscando a
través de la naturaleza, satisfacer sus necesidades de autorrealización,
escapándose de los tiempos impuestos por el sistema y la tecnología para vivir
su propio ritmo, viajando de forma activa y responsable, valorando y respetando
las particularidades naturales y socioculturales de los lugares que visita.
El
turismo, ya que se trata de una de las actividades más importantes de la
economía mundial, además de ser un sector de gran dinamismo y capacidad de
desarrollo, ha estado ligado a este proceso y cambio de tendencia, en donde el
turista está a la búsqueda de experiencias únicas, acorde a sus nuevos gustos,
necesidades y preferencias, como lo es el tener experiencias con las
comunidades receptoras, el interrelacionarse con la naturaleza, realizar
actividades que le impliquen reto físico, búsqueda de emociones significativas,
el mantenerse en forma, cuidar su salud, realizar actividades al aire libre,
entre otras.
Fuente
Fascículo 1 Serie Turismo Alternativo; TURISMO ALTERNATIVO UNA NUEVA FORMA DE
HACER TURISMO México, D.F. 2004 Secretaría de Turismo, Subsecretaría de
Operación Turística Dirección General de Desarrollo de Productos Turísticos,
Dirección de Desarrollo de Turismo Alternativo: Contenidos Lic. Ángel Nieva
García
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