Samuel Gómez Patiño
Sólo conozco un trabajo que inicias
de arriba hacia abajo, por lo general tienes que empezar en los niveles más
simples de la empresa e ir subiendo dependiendo de tus habilidades y
capacidades para ascender, sin embargo, el sepulturero es el único que empieza
arriba para terminar abajo.
No hay fórmula secreta para el
éxito en los negocios, pero la perseverancia como la pasión por lo que haces te
facilita el camino. A veces ser el mejor en lo que haces no te asegura el
triunfo, ayuda bastante pero no necesariamente hace la diferencia. Lo
importante es rodearte de los mejores talentos, para que cada quien haga mejor
lo que sabe hacer.
Cuando todavía no terminaba mi
carrera profesional, me invitaron a trabajar en una escuela comercial, el
Instituto Latino, así fue como inicie mi carrera de maestro. Impartía materias
de finanzas, contabilidad de sociedades y de costos, aunque estudiaba la
carrera de administración. La directora era Licenciada en Derecho y en una ocasión,
me invito a que le administrara su negocio. Iniciamos pláticas para definir
ciertos detalles, pero lo cierto es que yo apenas estaba en quinto semestre de
la carrera y nunca había administrado un negocio.
Recuerdo que, para aceptar la
responsabilidad de la escuela, le puse una condición y que, si aceptaba,
entonces le ayudaba administrando el Instituto. Cuando me pregunto cuál era la
condición, esto fue lo que le conteste: se fija un sueldo, y los demás recursos
los distribuyo en las necesidades del colegio. Para mi sorpresa acepto.
Tenía casi un año trabajando en la
escuela y me había dado cuenta de los problemas, sobre todo financieros del
negocio. Pagaba atrasadas las nóminas, la renta, el agua, la luz y casi todos
los gastos operativos, pero tenía una cantidad de alumnos inscritos, que, si no
había lleno total, si los suficientes para trabajar adecuadamente. Por eso
seguí mi intuición, darle un sueldo y administrar lo demás. Tiempo después me
comentaba la secretaria como es que había dado en el clavo, ya que desde que le
impuse su sueldo a la directora dejamos de tener problemas financieros, ya ella
y la directora se iban de compras el viernes que se pagaban las colegiaturas y
para el lunes no había dinero para cumplir con los compromisos, como era el
pago a los maestros.
Es curioso, como los pequeños
empresarios no distinguen el dinero que es del negocio y cuál del dueño (s),
por lo que adolecen de liquidez para cubrir sus compromisos financieros, y por
lo tanto afectan sus planes a corto, mediano y largo plazo. Todo negocio recibe
ingresos que deberán ser repartidos, primero para cubrir sus gastos
operacionales, como son la nómina principalmente, y los gastos para operar como
la renta, la luz o la materia prima. Para tener un negocio saludable es importante
ser eficiente en el manejo de los dineros, algunas veces los pequeños
empresarios no entienden esta parte por lo que se gastan el dinero y después no
les alcanza para cubrir sus compromisos.
Hace muchos años quizás unos 35,
uno de mis maestros de finanzas me platicaba que había tenido la oportunidad de
acudir a San Diego, California, a una conferencia de administración financiera
por uno de los “gurus” de las finanzas, el señor Lawrence J. Gitman. Y me
comentaba que al final de la plática había tenido la oportunidad de conocerlo y
aprovecho para solicitarle le autografiara el libro de su autoría que llevaba,
y cuando el señor Gitman estaba a punto de firmarlo, le pregunto al maestro
donde estudiaba finanzas y él con orgullo le dijo en México. Gitman le regreso
el libro al profesor y le dijo que no se lo firmaría ante la sorpresa de los
presentes, explicándole que en México administramos en la escasez mientras que
en Estados Unidos lo hacían en la abundancia, por lo que nosotros deberíamos
escribir libros en los que enseñáramos como se administra financieramente.
Es hora que empecemos a escribir
nuestras propias historias de éxito. Es indudable que México está lleno de
grandes momentos inspiradores, pero mientras perdemos el tiempo propagando todo
tipo de falaces noticias porque venden, no vamos a superar nuestros
sentimientos de la “raza de bronce”. En este sentido, las organizaciones tienen
una gran responsabilidad, empecemos desde abajo a compartir lo que
verdaderamente hace único a este país.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
Vicepresidente Educativo del Club
Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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