Alejandro
Merino
El
paisaje agreste y las montañas interminables es el paisaje eterno en estos
sitios; barrancas que se pierden en el firmamento y un frío intenso que cala
todos los huesos del ser humano.
El
verdadero paisaje y la conexión con el desierto comienza en la plaza principal
del pueblo; a bordo de un viejo vehículo de los años 60´s conocido por todos
como los “willys” vehículos todo terreno, son los únicos capaces de internarse
en los senderos por las montañas y soportar lo agreste del terreno. Desde el
techo de estos transportes se aprecia todo el firmamento y las barrancas que lo
rodean. Pareciera que estuvieras en
pleno safari en el continente africano, cuando en verdad conoces una zona de México
poco habitada; con sus calles angostas y su silencio que en muchas ocasiones te
causa cierto suspenso.

Aquí no
llegaron las cadenas de tiendas de autoservicio ni las tiendas de soda y café
abiertas las 24 horas; mucho menos las pizzas a domicilio. Aquí todo es
distinto, aquí aún pueden escucharse las voces antiguas, los murmullos
escondidos entre las paredes; no en vano, las calles de Real de Catorce
sirvieron como escenario para la segunda versión cinematográfica de Pedro
Paramo, de nuestro paisano Juan Rulfo; protagonizada por Manuel Ojeda y filmada
en 1976. Real de Catorce es un sitio único, donde diversas películas han sido
filmadas y protagonizadas por las estrellas del celuloide, como congelando la
verdadera magia de estas calles solitarias.
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