José
Luis Vivar

Sin
embargo, existen historias que son manejados de manera contraria a lo
convencional. Esto es, que no definen desde un principio lo que va suceder,
porque pareciera que les sobra el tiempo de proyección. Desde luego, para el
espectador exigente una trama así le puede resultar tediosa, por no decir
aburrida. Por esa razón es necesario que los esquemas propios del género del
Thriller sean respetados para no desequilibrar. Algo así sucede con El
Protector (Blackway, Dir. Daniel Alfredson)
Lilian
(Julia Stiles), una chica que regresa a su pueblo natal, se encuentra acosada
sexualmente por el sicópata Blackway (Ray Liotta), ex ayudante del Sheriff
local, y quien es algo así como el jefe de la plaza de la población, y que para
su mala fortuna, Lilian comprueba cuando al presentar la denuncia el mismo
Sheriff le sugiere dos cosas: que se olvide del tipo, o que se vaya del pueblo.
Esto en vez de amedrentarla, la fortalece y busca ayuda en alguien al margen de
la ley.

Solo
que el viaje no es al exterior como pudiera imaginarse, sino al interior del
mismo contexto: el pueblo y sus alrededores. Los incidentes que enfrenta el
trío de amigos permiten conocer un poco más la vida de Lilian y de Lester. Por
medio de Flash Backs descubrimos las razones de la chica y el odio silencioso
del viejo. Estas coincidencias sin ser reveladas los unen hasta el grado de
entrometerse en los negocios del mafioso.

Las
opiniones en torno a El Protector se dividen. Para unos es un Thriller soso y
cansado como el personaje de Hopkins; para otros es una puesta en escena
diferente que no por ser así le resta emoción.
Entretenida
de principio a fin por los diálogos de los protagonistas y por el coro de
viejos que en un cuchitril relatan sus cuitas y evocan las hazañas y
desventuras del trío que mientras tanto sigue buscando al criminal que da el
título a la película en su idioma original.
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