Milton Iván Peralta
El Volcán/Zapotiltic
El Volcán/Zapotiltic
“Tengo quince años realizando este deporte, lo inicie en Guadalajara, por unos
amigos y tuvimos la suerte de que había una lomita, de 15 metros, para realizar
los primeros vuelos, ya de ahí se realizó la graduación en una montaña grande,
en San Marcos, a 40 minutos de Guadalajara, con una altura de 500 metros de
altura”, dijo Rodrigo de Obeso, oriundo de Guadalajara.
Rodrigo practica el Ala Delta, el cual es un planeador sin motor, para
aprovechar las corrientes de aire caliente, que se forman cuando el sol
calienta el piso. Al subir es lo que se aprovecha para volar. “En un día bueno
se puede hacer vuelos de seis a siete horas, de 200 a 300 kilómetros de
distancia y una altura de cinco mil metros”. Ha volado en México en Valle de
Bravo, Puebla, Aguascalientes, Colima, Monterrey, en Estados Unidos, España e
Italia.
Se le cuestionó de las virtudes que tiene Zapotiltic para este deporte, a lo
que Rodrigo respondió: “para empezar tiene una hermosa vista, la altura del
despeje es muy buena, con eso podemos aprovechar buenas corrientes, y es una
zona de vuelo”.
Rodrigo describió este deporte como de mucha contemplación, “todos los que
vuelan como pasajero están muy nerviosos, pero ya en el aire se disfruta mucho,
vas volando con los pájaros”.
Aunque parece ser que en Zapotiltic se puede volar todo el año, Rodrigo
considera que la temporada buena es de enero a junio, “es cuando las nubes
suben muy alto, hemos hecho vuelos hasta el pico del nevado, que tiene cuatro
mil 200 metros, paisajes impresionantes”, para él el tiempo máximo que ha
logrado volar son siete horas y una altura de cinco mil metros sobre el nivel
del mar. Este deporte es para niños de 4 años hasta 80 años de edad, como
pasajeros.
Joaquín Jaramillo Ruiz, “es la primera vez que vengo al Calaque, y tengo siete
años practicando, vengo de Valle de Bravo”, quien considera que Zapotiltic
tiene “las mejores condiciones para practicar el parapente, el despeje tiene
buena altura y muchos campos para aterrizar.
“Las emociones al volar son muy padres, indescriptible”, dijo Joaquín. Pero nos
habló un poco de los riesgos de este deporte, “es una estructura que se arma
con el viento, pero igual el viento te lo puede destruir, por mal pilotaje o
malas condiciones”.
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