Roberto Macías
Las
resistencias surgen para enfrentar y derrocar a los regímenes tiránicos, son
personas que luchan con pundonor para instaurar gobiernos transparentes, democráticos, respetuosos de las leyes,
defensores de las libertades civiles y de los derechos humanos.
Las
resistencias se oponen a los malos gobiernos que oprimen a su pueblo,
convirtiéndose en una pesada losa para la vida de los ciudadanos. Defienden el
interés general a costa de sus propias vidas. Son guerreros modernos que luchan
contra el establishment, las injusticias, las
desigualdades y la violencia provocada por gobiernos corruptos.
Formar
parte de ese grupo rebelde tuvo funestas consecuencias, pues fueron perseguidos,
reprimidos, humillados, castigados y aniquilados. Sus cadáveres no le
importaron a nadie, ni sus nombres figuran en la enciclopedia ilustrada
Larousse, ni tampoco encontraremos referencias suyas en la Wikipedia. Esos antiguos
defensores de nuestras libertades murieron injustamente en fosas clandestinas,
sepultados sin identificar, sin recibir sus restos una triste plegaria.
En
la europa de las supuestas “libertades y
garantías”, la nueva resistencia tiene una denominación en inglés: “whistlebogers”. Este reducido grupo de mujeres y hombres
comprometidos con la honestidad, transparencia, legalidad, justicia,
etc. Luchan
con “uñas y dientes” contra las mafias que se enriquecen amparadas por las obscuras
sombras del poder político.
Denunciar la corrupción en cualquier rincón de la vieja Europa te
conduce inevitablemente al martirio. Los “whistleblogers” no son premiados, ni
reciben reconocimientos oficiales, ni les dan ningún tipo de condecoración
civil. Por el contrario, se convierten en los “apestados” de la sociedad. Sus vidas quedan atrapadas en tortuosos
procesos judiciales, acosados por los mafiosos, perseguidos por la justicia por
“revelar los secretos” de bandas
organizadas para expoliar fondos públicos a través de
facturas falsas, gastos irreales, mordidas a proveedores, diversos artificios
financieros, etc.
Las vidas de los “whistleblogers” quedan reducidas a cenizas, sus
esperanzas y futuro son aniquilados por mafiosos que, disparan querellas como
si de balas de plomo se trataran. Los procesos judiciales se convierten en un
auténtico suplicio. El recibir justicia es un prolongado camino de sufrimientos,
todo ese daño soportado por cometer el “gravísimo” delito de destapar las cloacas de las organizaciones
más corruptas de España.
Es mentira que exista una muerte dulce, todas las muertes van cargadas
de dolor, un dolor que a veces tarda años en sanar y algunas veces nunca sana.
La muerte del denunciante de corrupción es provocada por la inanición a la que se ve sometido.
Si, morir de hambre, sin dinero para subsistir, sin trabajo para
sentirse útiles y ganarse la vida honradamente. Les matan
sin misericordia, poco a poquito, administrándoles pequeñas dosis de
desprestigio y calumnias.
La nueva resistencia
europea, se reunió a principios de
diciembre en Luxemburgo, bajo el lema: “Whistleblowing is not a
crimen!”. Denunciantes
de corrupción de la EU, acudieron a mostrar públicamente su apoyo a Antoine Deltour, Rafael
Halet, ex empleados de PwC y el periodista Edouard Perri, informantes del
escándalo fiscal “LuxLeaks”. Ana
Garrido, denunciante de la trama Gurtel, acudió para mostrar su solidaridad con
ellos y sumarse a las voces que denuncian la falta de protección para 'whistleblowers'
en cualquier país europeo.
En España, el teniente Luis Gonzalo
Segura, acaba de ser expulsado del ejército de tierra por haber denunciado
públicamente la corrupción en la institución castrense. La única interpretación que puede dársele a
la sentencia del Tribunal Superior es que,
más le valdría a un militar zurcirse los labios antes que denunciar la
corrupción de sus mandos superiores; la transparencia
en el ejército quedó herida de muerte.
Por lo anteriormente expuesto, desde la “Plataforma X la
Honestidad” venimos reclamando la protección de los 'whistleblowers' o
denunciantes de corrupción en la Unión Europea. En España impulsamos la
creación de un marco legal de protección de los ciudadanos que con sus
informaciones combaten la corrupción en todos los ámbitos de la sociedad y defienden
la transparencia.
Aspiramos a formar parte de esa
resistencia organizada, pero sin ser brutalmente aniquilados. Nuestro único escudo es la
sociedad civil, las redes sociales, los medios informativos que nos ayudan a
defendernos de las maquinarias de poder que disponen los corruptos. En mi caso,
sigo resistiendo la acusación del SINDICATO UGT por presuntamente filtrar sus obscuros secretos contables a los medios
informativos, la dirección sindical sigue empeñada en cazar a su Edward
Snowden.
*Colaborador
Sec. Internacional Plataforma X la Honestidad
Testigo:
caso Facturas Falsas de UGT A
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