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jueves, 5 de enero de 2017

Los estragos del gasolinazo




Rafael Martínez Rodríguez



Primera semana del año y los ciudadanos vivimos ya, los estragos de la famosa y multicitada reforma energética, la cual, fue anunciada con gran decoro por el presidente de la República, argumentando que bajaría el costo de la luz eléctrica, el gas licuado a presión (LP) y por supuesto algo que logro que muchos al inicio aplaudieran esta reforma, es por el hecho de mencionar que los costos de la gasolina bajarían, por lo que inclusive realizo un posicionamiento el presidente, diciendo que “se acabaron los gasolinazos que tanto lastimaron mes con mes la economía de las familias mexicanas”, y es entonces que es de total incongruencia con lo que dice y con lo que hace, pues es evidente que sus palabras son meros discursos sin fondo y sin saber la trascendencia de sus palabras por ser el presidente de México. Los aumentos a la gasolina han causado que la sociedad civil y grupos de empresarios protesten en diferentes medios de comunicación, incluso, han salido a marchar en contra de dichos aumentos, algunos han tomado por la fuerza gasolineras, carreteras, casetas de cobro y otros más oficinas del SAT (servicio de administración Tributaria), así mismo, diferentes barras de abogados han tomado a bien interponer recursos legales en contra de los aumentos a la gasolina, en lo personal desconozco bajo qué argumento jurídico lo están realizando, pero sin duda alguna, tendría que ser en contra de la violación al artículo 28 de nuestra Constitución, toda vez que la propia constitución prevé precios máximos en bienes como la gasolina “cuando la ley establezca bases”, sin embargo, estas bases se encuentran en el artículo 14 transitorio de la ley de hidrocarburos y los diputados derogaron dicho artículo, y al eliminar esa fracción, los diputados dejaron un vacío legal que puede servir a los interesados para protegerse ante los aumentos de hasta 20 por ciento que entro en vigor el primer minuto de este año y que, puede causar una inflación “de doble dígito” y un precio de más de 20 pesos el litro antes de fin de año.




El petróleo ha sido durante muchos años para México, la piedra angular para el crecimiento económico, de ello entendemos que se han construido miles de escuelas, hospitales, kilómetros de carretera, puentes, y demás infraestructura que a lo largo de los años se ha venido reflejando del aprovechamiento de este recurso natural también llamado “oro negro”, del cual desde hace unos 4 años ha venido decayendo su precio, pues todavía en 2012 el barril de petróleo crudo de la mezcla mexicana se vendía hasta en 120 dólares y al inicio del año se mantuvo en 46.25 dólares por barril, y con ello se ha valido el gobierno Federal para poder justificar el alza de los precios, pues el subsidio que el gobierno otorgaba a la gasolina era precisamente de los excedentes de la venta del petróleo, precisan que al no tener ese ingreso extra no pueden seguir subsidiando gasolina, pero ello conlleva otra contradicción, pues si el precio del petróleo decayó, y con petróleo se produce la gasolina, por ende en un sistema económico como lo maneja nuestro país, deberían abaratarse los costos de gasolina al momento de depreciarse la materia prima, es lógico, pero detrás de esa lógica se encuentran los intereses de empresas por seguir manteniendo ese precio y obteniendo jugosas ganancias con el cobijo de la corrupción que permite este tipo de prácticas y que tanto daña la economía de las familias mexicanas, que verán reflejado ese aumento en un incremento de la canasta básica, creando una inflación que el Gobierno Federal jamás admitiría en comunicado oficial. 

Por ello, invito a elegir bien a nuestros representantes, a elegir políticos con congruencia, y más que elegir, exigir con argumentos, a exigir resultados y a vivir una verdadera democracia donde en el pueblo resida el poder y no en los políticos, haciendo a un lado la apatía, el conformismo y el confort de nuestro entorno.


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