Noé Guadalupe Rodríguez
El Trismo Rural es el segmento en el que se formula el lado más humano del
Turismo Alternativo, ya que ofrece al turista la gran oportunidad de
experimentar el encuentro con las diferentes formas de vivir de las comunidades
que cohabitan en un ambiente rural y además lo sensibiliza sobre el respeto y
valor de su identidad cultural. Los viajes que tienen como fin realizar
actividades de convivencia e interacción con una comunidad rural, en todas aquellas
expresiones sociales, culturales y productivas cotidianas de la misma. En este
caso, el turista no es un visitante-observador en un día de paseo. Es una
persona que forma parte activa de la comunidad durante su estancia en ella, en
donde aprende a preparar alimentos habituales, crea una artesanía para su uso
personal, aprende lenguas ancestrales, el uso de plantas medicinales, cultiva y
cosecha lo que cotidianamente consume, es actor en los eventos tradicionales de
la comunidad, percibe y aprecia creencias religiosas. Se trata de viajes que
tienen como fin realizar actividades de convivencia e interacción con una
comunidad rural, en todas aquellas expresiones sociales, culturales y
productivas cotidianas de la misma.
Entre
las actividades más reconocidas y practicadas en México para este segmento son: Talleres Artesanales: En donde la experiencia
se basa en participar y aprender la elaboración de diferentes artesanías en los
escenarios y con los procedimientos autóctonos. Se pueden estructurar talleres
de alfarería, textiles, joyería, madera, piel, vidrio, papel, barro, metales,
fibras vegetales, juguetes y miniaturas, entre otros. El turismo Rural ofrece
al turista la oportunidad de experimentar el encuentro con las diferentes
formas de vivir de las comunidades que cohabitan en un ambiente rural y además
lo sensibiliza sobre el respeto y el valor de su identidad cultural.
En el
México posrevolucionario se elaboró e instituyó la imagen de lo mexicano. Como
medio para adquirir legitimidad, para cohesionar a la sociedad y rehabilitar al
país en todos sus aspectos, el nuevo estado mexicano trabajó para configurar y
fortificar un nacionalismo. La riqueza natural y cultural hace del territorio
mexicano un campo propicio para desarrollar un amplio crisol de destinos para
expresiones turísticas diversas. El turismo rural es uno de los campos con
mayor potencial en México, bien proyectada y con compromiso, debe servir a las
necesidades del desarrollo sostenible de las comunidades rurales, de este modo,
la conservación del patrimonio también persigue el fin de atraer recursos para
el beneficio de la comunidad y dela región. Veamos al mismo tiempo la
importancia que tien para nuestro país el patrimonio cultural en ámbitos
rurales. En los albores de este siglo se mantuvo vigente la imagen que se
difundió en la década de 1920, un México que ofrecía al turismo urbano la
posibilidad de apreciar y cultivar la conservación de la diversidad cultural de
nuestro paisaje rural, recorriendo desde los paisajes, hasta la vida cotidiana
de las comunidades rurales: las danzas, la música, los rituales, la
gastronomía, las formas de trabajar la tierra y la relación del hombre con
ella, o bien en las artesanías, los mercados de las ferias, la arquitectura
vernácula y el paisaje. (Jimena Mateos, desarrollo rural y turismo,
UDG, PAG, 91-92).
Las
artesanías en este contexto, se convierten en un atractivo para el turista, ya
que muchos de ellos quieren llevarse un recuerdo del lugar visitado y a la vez
llevarle un recuerdito a un familiar o algún amigo, los Huicholes definen a la
artesanía como “"Memoria cultural hecha objeto". La Artesanía se
refiere tanto al trabajo del artesano (normalmente realizado de forma manual
por una persona sin el auxilio de maquinaria o automatizaciones), como al
objeto o producto obtenido en el que cada pieza es distinta a las demás. La
artesanía como actividad material se diferencian del trabajo en serie o
industrial. Para que una artesanía sea tal debe ser trabajado a mano y cuanto
menos proceso industrial tenga más artesanal va a ser. La artesanía es un
objeto totalmente cultural, ya que tiene la particularidad de variar
dependiendo de la cultura, el paisaje, el clima y la historia del lugar.
El
Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART) de México, a través
de su "Manual de diferenciación entre artesanía y manualidad", nos
señala que la artesanía es: "Un objeto o producto de identidad cultural
comunitaria, hecho por procesos manuales continuos auxiliados por implementos rudimentarios
y algunos de función mecánica que aligeran ciertas tareas. La materia prima
básica transformada generalmente es obtenida en la región donde habita el
artesano. El dominio de las técnicas tradicionales de patrimonio comunitario
permite al artesano crear diferentes objetos de variada calidad y maestría,
imprimiéndoles, además, valores simbólicos e ideológicos de la cultura local.
La artesanía se crea como producto duradero o efímero, y su función original
está determinada en el nivel social y cultural, en este sentido puede
destinarse para el uso doméstico, ceremonial, ornato, vestuario, o bien como
implemento de trabajo...". Con el objeto de definir a la artesanía y
distinguirla de la industria, Eutimio Tovar Rodríguez en "La artesanía su
importancia económica y social" ha propuesto como definición de artesanía
"toda técnica manual creativa, para producir individualmente, bienes y
servicios" y por lo tanto ha definido industria como "toda técnica
mecánica aplicada, para producir socialmente, bienes y servicios". Para
muchas personas, la artesanía es un término medio entre el diseño y el arte.
Para otros es una continuación de los oficios tradicionales, en los que la
estética tiene un papel destacado pero el sentido práctico del objeto elaborado
es también importante.
También
quedan algunos artesanos que se dedican a los llamados «oficios tradicionales»,
pero cada vez son menos. Uno de los principales problemas de la artesanía es la
competencia con los productos procedentes de procesos industriales de bajo
coste, con apariencia similar a los productos artesanos, pero con menor precio
y calidad. Otra dificultad para los artesanos es la forma de comercializar sus
productos, ya que es una característica de la artesanía, que se realiza en
talleres individuales o de pocas personas, con poca capacidad para llegar al
mercado, esto propicia que los intermediarios ganen más que los propios autores
de la artesanía, otra dificultad que presenta los artesanos es la palabra y tal
vez la más mencionada “es lo menos” esta hace que por la necesidad económica
del artesano baje los costos en ocasiones del mismo material que invirtió, por
lo que un turista consiente no ofende con ese tipo de preguntas al artesano,
por tal motivo debemos rescatar el valor de la artesanía que materializa la
cultura de cada comunidad visitada. Debemos valorar el trabajo de fondo que se
realiza en cada artesanía el turista no abuse del artesano y que el artesano
ofrezca un precio justo por productos.
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