Samuel Gómez Patiño
Cuando Jobs se llevó de retiro al
equipo del primer Macintosh, uno de los miembros preguntó si debían realizar
algún estudio de mercado para averiguar qué querían los clientes.
-No (respondió Jobs), porque la
gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas.
Entonces recordó la cita de Henry
Ford: “Si les hubiera preguntado a los clientes que querían, me habrían contestado
¡Un caballo más rápido!
El anterior texto lo publica Walter
Isaacson en su libro “Steve Jobs, lecciones de liderazgo”, publicado por
Editorial Debate, en 2014 en español, donde encontramos interesantes
reflexiones sobre este personaje que ya se nos adelantó, dejando un gran legado
para las siguientes generaciones.
Isaacson nos presenta en esta obra
algunas reflexiones sobre Jobs que lo muestran como un líder excepcional, el
hombre que construyo a Apple.
Cuando hablamos de líderes a veces
imaginamos que todos tienen las mismas características o habilidades, como el
conocimiento, las costumbres, una buena carrera profesional, etc. En este mismo
espacio hemos platicado sobre diferentes personajes como Walt Disney, José
“Pepe” Mujica, Malala y hasta Juan Gabriel y podemos decir que lo único común
es la historia que nos dejan, el éxito logrado en cada una de sus profesiones.
Al final un líder debe lograr las
metas deseadas y arrastrar a sus seguidores a lograr las propias y de la
organización o sociedad, entonces Steve Jobs logro a través de su forma de
trabajo, su impecable visión y su búsqueda del perfeccionismo un legado en
productos que ni siquiera imaginábamos que necesitábamos como el iPod, la
tienda iTunes, las tiendas Apple, el iPhone y las películas de Pixar, entre
otras innovaciones.
Era un perfeccionista y le gustaba
crear productos que en primer lugar le gustara a él utilizar. Y me gustan las
siguientes anécdotas sobre Jobs que refiere Isaacson:
Jobs era un fanático de la música y
pensaba que todos los reproductores portátiles en el mercado (en el año 2000)
eran una porquería, por lo que quería un dispositivo sencillo que le
permitieran llevar mil canciones en el bolsillo, entonces crearon el iPod y
como él mismo decía lo creamos para nosotros porque cuando estas fabricando
algo para ti mismo, o para tu mejor amigo o tu familia, no te conformas con
cualquier chapuza. Trabajó con un grupo de discusión (focus group) integrado
por una única persona: él mismo. Él pensaba que la gente no sabe lo que quiere
hasta que se lo enseñas.
Te preguntaría, si vas a cocinarte
un platillo para comer, ¿comprarías los mejores ingredientes o sólo los más
baratos?, ¿le dedicarías el tiempo suficiente para cocinarte o te conformarías
como salga?
Al supervisar el Apple II y el
Macintosh hizo que los ingenieros recolocarán los chips para alinearlos y
lograr así que la placa tuviera un buen aspecto. Los ingenieros estaban
molestos ya que el circuito impreso estaba en el interior de las máquinas que
estaban fabricados y sellados, y por lo tanto nadie los vería.
Jobs les comento que era algo que
aprendió gracias a su padre cuando estaban construyendo una valla alrededor del
patio trasero, y este le comento que debían poner el mismo cuidado en la parte
trasera que en la parte frontal, a lo que Steve le replico que nadie se va a
enterar y como respuesta obtuvo: ¡Pero tú si lo sabrás!
Al final los ingenieros y otros
miembros del equipo firmaron con su nombre al interior de la cubierta aunque
nadie las viera sólo porque ellos si lo sabrían.
Siempre hemos pensado en los líderes
amables y empáticos que motivan a sus empleados a conseguir sus metas, pero
Steve Jobs era un perfeccionista y como tal con una personalidad que no admitía
contradicciones ni pretextos. Odiaba el no se puede o no lo lograrás, por lo
que para muchos pudo ser difícil trabajar a su lado, sin embargo, como el mismo
lo mencionaba, tenían la oportunidad de irse a mejores lugares pero se quedaban
a su lado para ser partícipes de las grandes innovaciones de su época.
Podemos destacar entonces las
siguientes claves del éxito de Jobs: concentración en lo que haces,
simplifícalo todo, responsabilízate de todo el proceso, cuando te quedes atrás
da un salto adelante, piensa en los productos antes que los beneficios,
distorsiona la realidad, exige la perfección, trabaja solo con los mejores y
transmite.
“Las personas que están lo
suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que
lo cambian” anuncio –Piensa diferente, de Apple en 1997.
La próxima semana retomamos el tema
porque no soy amigo de mis hijos.
Me gustaría leer tú opinión, puedes
escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño
*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en
Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de
Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja
California
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