>Un
momento por favor
J. Jesús Juárez Martín
El
aumento a los precios de las gasolinas, el diésel, y la energía eléctrica,
decretada por el Gobierno de la República para el inicio del año 2017, muestra
con reacciones la condición deplorable del aprecio del pueblo por sus
autoridades y el desprecio de los mexicanos por la conducción política pública
federal, administrativa y con valoración actualizada.
Nos
hicieron creer al inicio del sexenio que no habría más alzas a los
hidrocarburos, electricidad y gas doméstico y hasta pronosticaron reducción de
precios, en su confusión y anhelos de convencer, les salió el tiro
por la culata y ahora adelantaron “el año de Hidalgo”.
Los
discursos, las explicaciones repetitivas de funcionarios gobernantes, en
especial de Enrique Peña Nieto, parecen disco rayado, presentándose como
víctimas de incomprensión, ante las protestas fundadas y los excesos de
violencia y rapiña que muchos aprovechan la situación de oídos sordos de la
autoridad, de dejar hacer; reflejo de la creciente y negada gobernabilidad.
Varios estados la seguridad social la sostiene el Ejército o fuerzas locales
que pretenden defenderse de ataques del gobierno o de la delincuencia.
De entrada,
la situación se escapó de control, como son poderosos, aguantan los ataques que
daña más a la población que a los Pinos, Casa Blanca, a edificios de las
Secretarías y según su pensamiento procesan acciones de acuerdo a sus
intereses, no para solucionar problemas sociales, sino su seguridad, sus
intereses y hasta lo que consideran prerrogativas y legitimidad.
Pareciera
que el sentido común volatizó los problemas de inseguridad, la violencia
radicada y sólo tratando de sofocar protestas y desmanes con relación al
gasolinazo, sin alternativa de solución, golpea esta vorágine social. Ahora sin
desconocer la magnitud de los ilícitos recientes, los problemas de la
gobernabilidad parecen sepultarse, continúan sin solución los problemas
cotidianos. Padecemos problemas graves como la violencia delincuencial,
el pobreza extrema en un alto porcentaje, corrupción, la reforma educacional
que el magisterio rechaza, no valida las reformas laborales, administrativas y
aún sin cambio de contenidos educativos de varios lustros, resolver, convencer
en la negativa, dará mejor ambiente laboral, , las exigencias de fondo se
postergan en tiempo su solución, quitar la burbuja grave del descontento parece
lo esencial, se anticipan tiempos electoreros, sin reconocerse los errores,
circunstancia que no permite visualizar soluciones de fondo.
Una
crítica constante de los priistas a los gobiernos de otros partidos ha sido
señalarlos como carentes de ‘Visión de Estado’, aunque el gobierno no muestra
rumbo de final seguro.
¿Cómo podemos comprobar esta circunstancia de confusión de ideas, de
contradicciones? Tomemos algunos ejemplos para exponer la circunstancia: el
mensaje del presidente del 5 de enero, se convierte en un resumen ilustrativo.
El
aumento de los precios a los combustibles son chispas del estruendo de
situaciones preexistentes sociales, económicas, educativas, políticas.
Afirman
que ponen el precio internacional a los combustibles porque hay aumento en los
precios del petróleo. No se dan cuenta que alguien les señala que el impuesto
directo a las gasolinas excede el 43 por ciento. ¿Por qué anuncios
irresponsables? “No mas incrementos”.
¿Por
qué la gasolina expendida de PEMEX en México, cuesta más que la que venden allá
en el país del dólar o en la frontera? ¿Es confesión del desvío de impuestos la
afirmación reciente de E. P. N. que del aumento a las gasolinas el Estado no
recibirá nada? ¿y el famoso impuesto del IEPES?... Entonces están más
efectivos que los ordeña ductos.
“El
Gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos por este incremento”.
Entonces, repito: ¿A dónde va la parte del Impuesto Especial para la Producción
y Servicios, IEPS, incluido en el nuevo precio, si no es a los programas que,
supuestamente, dice que se colapsarían?
Los
excesos en los salarios, dietas, pensiones de ex presidentes. La crítica señala
la estrategia electoral de los subsidios excesivos, que no
garantizan la vida democrática, sino el despojo a la raquítica economía actual
de México. Después de cuatro años de ejercicio gubernamental con el deterioro
de credibilidad para avalar a gobernantes y en especial a Enrique Peña Nieto,
los hechos de gobierno, por cotidianos, importantes y necesarios, ciertamente,
se magnifican con programas, juicios, declaraciones, comentarios, hechos de la
de la situación económica, política, seguridad social...
COPARMEX
pone en entredicho el Pacto para Protección de la Economía de las Familias,
aprobado el lunes 9 de enero en los Pinos, al afirmar que un pacto y sus
conclusiones necesitan tiempo para formalizarse positivamente
Finalmente
nos pide el Presidente Peña en sus apariciones televisivas de cada día,
que la unidad que ha fortalecido con desaciertos, incapacidad; que ya no
lastime, que se fortalezca y sea la herramienta de los mexicanos para afrontar,
para apoyarle en sus programas para superar las crisis que sembraron en la
insensibilidad social.
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