José Luis Vivar
Un romance teniendo como fondo la Segunda
Guerra Mundial, llama la atención. Ese mismo romance entre dos personajes de
diferentes países aliados, garantiza el éxito. Y todavía más: si el mencionado
romance es protagonizado por dos espías, el resultado puede ser una muy buena
película.
Al menos eso es lo que se espera de Aliados (Allied,
Robert Zemeckis, 2016), película que se ubica en 1942, donde un solitario
paracaidista británico llamado Max Vatan (Brad Pitt), agente del Servicio de
Inteligencia Canadiense, cae en las
cálidas arenas del Marrueco francés, ocupado por las fuerzas nazis, para unirse
en Casablanca a una misión secreta con Marianne Beausejour (Marion Cottillard),
agente de la Resistencia Francesa.
Lo que al principio parece ser un rutinario
romance que no llegará más allá del objetivo que une a ambos espías, conforme
avanzan los minutos y los incidentes un tanto cursis, se transforman en una atracción
mutua que desencadena una pasión tan intensa como la tormenta de arena en que
ambos quedan atrapados dentro de un auto, en la víspera del golpe que llevarán
a cabo.
Además del odio que manifiestan por el mismo
enemigo, a Max y Marianne los une el sacrificio que cada uno debe hacer para
cumplir al pie de la letra su cometido: asesinar a un representante de Adolfo
Hitler, y escapar en medio de una lluvia de balas. Esta secuencia en la
embajada es de las mejores de la película porque se considera el tiempo que la
pareja dispone para el ataque y la huida. La reacción de asombro que tiene una
amiga de Marianne cuando atestigua que ésta es una asesina pues también elimina
a su pareja -un funcionario nazi de menor rango-, es memorable. La primera le
apunta y mantiene el dedo en el gatillo; la segunda sigue sin dar crédito a lo
que está presenciando. ¿Dispara o no?
Instantes después, y en un paraje solitario, a
salvo de sus perseguidores, la pareja de agentes debe separarse, pero entonces,
Max le propone que se vaya con él a Londres y se casen. Sí, como anticipando a
una escena que debiera estar al final de la historia. Marianne acepta y al cabo
de un año la guerra continúa pero ellos están casados y son padres de una
pequeña nena.
Pero el idílico romance no puede ser eterno, y
no son intensos los bombardeos nocturnos de la Luftwaffe a la capital
londinense los que perturban la paz del matrimonio, sino la voz de alerta de un
superior de Max quien le informa que su adorada esposa ¡es una espía de Hitler!
Aunque la primera reacción de él es negarlo,
las pruebas parecen contundentes, y lo peor es que la traición se paga con la
muerte. Así que tiene dos opciones: matarla o entregarla a las autoridades
militares para su ejecución. El plazo que tiene para cumplir con su deber es
muy corto, por lo cual debe tomar una decisión.
Aliados es un Thriller romántico que se
sostiene en una línea dramática bien estructurada con pistas falsas para que el
espectador a ratos se confunda, y acepte que Marianne es culpable, o se vaya por
otro extremo y quede como inocente.
Mientras Max se arriesga a fondo para recabar
pruebas de que su mujer es inocente, ella parece ajena a todo, entregándose por
completo a la crianza de su pequeña hija. Después de todo, según sus propias
palabras: “no confío en lo real; no creo que funcione”.
Corresponde a cada quien sacar sus propias
conclusiones si ella es al final de cuentas traidora o no.
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