El ex jugador de primera división Tito Martínez, actualmente dirige al equipo
local, los Mazorqueros, quien comenzó a entrenar este equipo desde cero, lo
formó completamente, y durante algunos meses se ha encargado de ir
“alimentando” a estos jóvenes con la esperanza de pronto verlos ascendiendo a
la segunda división.
Eran las nueve de la mañana y el sol ya caía a plomo sobre el pasto del estadio
Santa Rosa, uno a uno iban saliendo al campo a calentar. El cuerpo técnico
desde lejos los iban mirando, cada jugador al salir de los vestidores se
detenía a saludar, se nota el respeto y el afecto que estos jóvenes tienen
hacía el cuerpo técnico.
“Tenemos que ser realistas, no la tenemos fácil, hay muchos equipos que tiene
años entrenando, hay planteles con más experiencia”, explicó Tito Martínez
sobre su equipo, quien espera que si ascienden a segunda estos jóvenes “darán
el estirón”.
Al dar termino la primera vuelta, Tito Martínez, y aprovecha esta pausa para la
reflexión: “nos falta seguir trabajando, veo un grupo compacto, anímicamente
unido, con ganas de hacer su historia, desde el principio les he inculcado que
deben ser alguien en la vida”, destaca que la directiva ha tratado muy bien al
equipo, “nos tratan como si fuéramos un equipo de primera división, y se los
agradecemos”.
Comenta que siguen buscando desde el principio la calificación “no va ser
fácil, pero no es imposible”. Aunque el equipo entra en periodo vacacional, regresarán
a los trabajos este 26 de diciembre, de ahí trabajos en una semana en la playa,
y reafirmar todo lo que se ha realizado “para tratar de estar bien en todos los
aspectos”.
Pero su paso en el Mazorqueros no ha sido fácil, hubo en algún momento una mala
rancha en la que perdieron dos partidos seguidos “la directiva vino y nos dio
todo el apoyo, y aquí estamos trabajando duro”. Pero los jóvenes jugadores han
dado todo en la cancha, “yo esperaba que apretaran más en la segunda vuelta,
teníamos previsto que a partir de la sexta fecha levantarán, vamos bien y
estamos buscando el ascenso”.
El entrenador es claro con sus jugadores, “no tengo cuates, ni privilegiados,
juegan quienes mejor estén, y si hago cambios nadie reclama, cuando los
jugadores no juegan me preguntan el por qué no juegan, pero cuando los inicio,
no dicen nada”. Destaca que hay mucha disciplina y trabajo.
En cada entrenamiento ha inculcado a los jugadores el siempre jugar como si
estuvieran en casa “vamos a canchas difíciles, les hemos ganado a grandes
equipos, y siempre salimos a ganar”.
Pero darle forma al Mazorqueros no ha sido fácil, tuvo que formar un equipo
desde cero, “hay que agradecerle a la directiva por la confianza, cada mes se hace un
reporte, cuando en realidad es al finalizar el torneo, sinos costo mucho, en
las visorias hubo mucha gente, actualmente en el futbol de Ciudad Guzmán hay
mucha cantidad, pero no calidad, esa es la realidad del futbol de nuestra zona,
sacamos lo mejor posible, todo lo mejor está aquí en esta cancha”. Comenta que
fueron muy cuidadosos en elegir a los jugadores, hubo jugadores de muy buena
calidad, no están porque no les gusta el trabajo, o porque no aguantaron el
ritmo”.
Hay jugadores que vienen de fuera, a ellos se les da alojamiento en la casa club,
sus alimentaciones, se les apoya para el transporte, y se les apoya a todos en
el estudio “eso es lo importante, primero tienen que ser estudiantes, mientras
mejores estudiantes son mejores futbolistas, cabe destacar que han cambiado
mucho, desde su físico hasta su maduración mental. Tito ha llevado toda su
experiencia al Mazorqueros, 23 equipos dirigidos en diferentes divisiones y 40
años como profesional, desde jugador hasta entrenador.
“A mí me importa más mi equipo que el rival, a los muchachos les paso videos
del rival, de donde puede hacernos daño, dónde tapar las salidas, qué jugadores
hacen más daño, pero si hablo dos minutos de ellos es mucho, me interesa lo que
haga o deje de hacer mi equipo me interesa”, comenta Tito, aunque le queda
claro que todo los rivales llevan más tiempo jugando que ellos, “pero nadie nos
quita el sueño”.
Terminó la entrevista, Tito se toma la foto del recuerdo, comienza a caminar
hacia el campo, poco a poco se fue alejando de las gradas para irse adentrando
en la cancha, en esa cancha donde ha pasado cuarenta años de su vida, desde el Tampico,
San Luis, Tecos, Alacranes de Durango, León, América, hasta el paso de su
tierra natal, Zapotlán con el Mazorqueros.
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