José Luis Vivar
Los remordimientos de conciencia de la sociedad
estadounidense no dejan de ser una constante en el Cine. Lo que ayer fue un acontecimiento
histórico, el día de hoy se convierte en motivo de expiación. El esclavismo, la
limpieza étnica de los indios norteamericanos, los derechos civiles de los
afroamericanos, la guerra de Viet Nam, etc. Cada uno de esos episodios es una
vergüenza nacional que debe exorcizarse para no cargar con todo el peso de la
culpa; de allí que estos temas resulten un éxito o un fracaso en las taquillas.
El Héroe de Berlín (Stephen Hopkins, 2016), es
una de esas cintas que divide opiniones: para unos es buena, para otros, sencillamente
mala. No obstante la biografía del corredor negro Jesse Owens es interesante
pero se trata de esas historias que no atraen a las grandes multitudes, por
carecer de violencia explícita o escenas de sexo. Esto impide que no sea el
éxito de taquilla que se espera, razón por la cual pasa inadvertida, y propicia
que aquí en México no sea estrenada en ninguna sala del país, sino enviada para
su distribución y venta en formato Blu Ray y DVD.
Aun con todos esos atenuantes, la historia del
mencionado atleta comienza desde sus orígenes humildes en Cleveland Ohio hasta
su llegada a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde se muestra la
efervescencia Nazi en su máximo apogeo, y donde el arma más poderosa de los
súbditos de Hitler son los hombres y mujeres, prototipos de la raza aria que
participarán para llevarse todas las medallas.
Claro que la discriminación para los atletas
afroamericanos y judíos no estaba esperándolos al otro lado del Atlántico, sino
en su propia casa. Hopkins tiene el acierto de mostrar las vicisitudes que
debieron enfrentar Owens y sus compañeros de piel oscura, así como los de
origen hebreo para conseguir un boleto para participar.
Y resulta paradójico que mientras en los
escritorios del Comité Olímpico estadounidense se discutía la participación o
no de los Estados Unidos y sus aliados, en esas mismas tierras se libraba una
batalla entre la dignidad y los prejuicios sociales de los blancos, quienes no
veían con buenos ojos que esos descendientes de esclavos participasen.
Así que las batallas que libra Owens en casa,
tiene su similar en el representante de esos juegos el magnate Avery
Bundage (Jeremy Irons), que se enfrenta
nada menos que con Joseph Goebbels (Barnaby Metchurat), Jefe de Propaganda
Nazi, y para quien esos juegos son totalmente suyos. Los argumentos de uno y
otro contrastan, porque cada uno quiere salirse con la suya.
Mientras que en medio de esa vorágine se halla
la cineasta Leni Riefensthal (Carice Van Houten), que piensa hacer un gran
documental para resaltar la grandeza de la fuerza y el espíritu alemán.
Estos personajes junto con el entrenador de
Owens, Larry Snyder (Jason Sudeikis), y el enemigo a vencer, el atleta Nazi,
Carl “Luz” Long, se complementa un cuadro excepcional que hace esta película
memorable, porque cada uno de ellos interpreta un instante en la Historia
Universal.
Cuenta la leyenda que Owens ganó sin ningún
problema cuatro medallas, y que en la primera, cuando alcanzó un tiempo récord
en los 100 metros, Adolfo Hitler abandonó el estadio para no darle la mano. Eso
es lo que se ha dicho en incontables ocasiones, pues bien, la película no
muestra esa escena, en cambio sí muestra que Gobbels lo justicia diciendo que
si saluda a un negro deberá hacerlo con todos los atletas que resulten
ganadores.
Hasta el último de sus días, Owens aseguraba
que tras bambalinas el Führer se había acercado para estrechar su mano y
felicitarlo por su grandiosa hazaña. No obstante, siguen apareciendo voces que
tratan de anular esto y afirmar que eso nunca sucedió pues todos habían visto a
Hitler salir de prisa con un fuerte equipo de seguridad.
Lo que haya sido. Con el triunfo de ese atleta
afroamericano finalizó el mito de que la raza aria era mejor que todas las que
existen en el planeta. Su triunfo aun sirve de inspiración para muchos jóvenes
corredores que ven en ese hombre el coraje y el valor que tuvo para enfrentar
los prejuicios de una época y salir adelante como un auténtico gigante.
SIPNOSIS
Década de los años 30. El joven Jesse Owens (Stephan James) es el
primero de su familia en ir a la Universidad. Es su entrenador de atletismo,
Larry Snyder (Jason Sudeikis), el que en seguida se da cuenta del tremendo
potencial del joven atleta afroamericano, y le sugiere participar en las Olimpiadas.
Pero, a su alrededor todo son dificultades, ya que el joven tiene obligaciones
familiares, y además sufre en primera persona el racismo virulento de aquellos
tiempos. Aparte de la cuestión política: ya que se debate si Estados Unidos
podría o no competir en unos Juegos Olímpicos que tienen lugar en la Alemania
liderada por los nazis.
Será gracias al compromiso del enviado estadounidense Avery Brundage (Jeremy
Irons), cuando se confirme que Owens participe en las Olimpiadas de 1936. Él y
su entrenador viajarán entonces a Berlín. Y será allí cuando el legendario
atleta salte a la fama, al dejar al mundo boquiabierto con sus espectaculares
marcas. Owens ganó cuatro medallas de oro en estas Olimpiadas, cosa que echaría
por tierra la teoría de Hitler sobre la supremacía de la raza aria.
Basada en hechos reales, El héroe de Berlín está dirigida por
Stephen Hopkins (House of Lies, Llámame Peter). Su reparto protagonista
cuenta con los actores Stephan James (Selma, Degrassi: la nueva generación),
Jason Sudeikis (Somos los Miller, En campaña todo vale), Jeremy Irons (Batman
v. Superman: El amanecer de la justicia, Tren de noche a Lisboa), Amanda
Crew (Silicon Valley, El secreto de Adaline), Carice van Houten (Juego
de Tronos, Intruders) y William Hurt (Cuento de invierno, Daños y
perjuicios).
Título original Race
Distribuidora DeaPlaneta
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