Andrea Murillo Gutiérrez
El Volcán/Guzmán
“Ya me cansé de ser Hugo Gutiérrez Vega, ahora voy a jugar a ser otros personajes”,
lo decía el escritor, poeta, diplomático, periodista cultural y actor de teatro
durante 20 años ininterrumpidos, de quien se habló en el conversatorio titulado
“Hugo y el Tío Vania, un punto de vista sobre la obra de Hugo Gutiérrez Vega y
su andar por el teatro”, dentro de las actividades del I Encuentro de TeatroSur
Zapotlán 2016.
El Secretario de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega, maestro Víktor Boga,
explicó Gutiérrez Vega inició su trayectoria actoral como corista en la Opereta
del Conde de Luxemburgo de Franz Léhar, a lo que después, en 1957, fue becado
por el Actors Studio de Nueva York y durante dos años de aprendizaje afianzaría
su vocación para regresar a México y fundar en la Universidad Autónoma de
Querétaro la compañía de teatro Los Cómicos de la Legua (actualmente cuenta con
57 años de ser fundada).
Según Boga, Gutiérrez Vega junto con actores y directores interesados
por el teatro universitario se proponían a llevar el mensaje de los clásicos a
distintos lugares de la ciudad. Así, en 1960 se pone por primera vez en escena
en México y Latinoamérica “La cantante calva”, de Eugène Ionesco, quien asistió
a la presentación en el Teatro de La República, ubicado en la Ciudad de
Querétaro.
Como agregado cultural en Italia, Boga señaló, Gutiérrez Vega fundó el
grupo de Teatro Latinoamericano con actores venezolanos, argentinos, panameños
y mexicanos donde tuvo como sede el Teatro Goldoni y puso en escena obras de
textos de García Lorca. A su regreso a México y como director de La Casa del
Lago se presentaron tres obras que marcarían la vida del también humanista y
catedrático, una de ellas “El Tio Vania”, escrita por Antón Chéjov y dirigida
por Ludwik Margules.
Para 1979, Gutiérrez Vega concluyó 20 años de vida actoral tras la
puesta en escena “La prueba de las promesas”, dirigida por Juan José Gurrola,
etapa que, a palabras de Boga, fueron momentos vívidos que le cambiaron la vida
al actor.
Por su parte, Orso Arreola señaló que el paso de Juan José Arreola por
los escenarios teatrales es una de las facetas poco conocidas del escritor “y
fue su pasión”, la que comenzó en la Ciudad de México a los 19 años al
participar en un montaje de un texto del dramaturgo austriaco Arthur
Schnitzler.
“Lo único que estudió Juan José Arreola formalmente fue teatro.
Olvídense de otros estudios básicos o universitarios”, afirmó el director de la
Casa Taller Juan José Arreola, a la vez que recordó que la actividad teatral en
Zapotlán fue algo activa por allá por los años 30 y la segunda mitad del siglo
XX.
Durante su estancia en la Ciudad de México conoció, recibió clases y
mantuvo relaciones de amistad con funcionarios culturales como Celestino
Gorostiza, directores como Fernando Wagner y dramaturgos como Xavier
Villaurrutia, Rodolfo Usigli e Ignacio Retes y actrices y actores como Dolores
del Río, Rodolfo de Anda y Enrique Rocha.
En la compañía “Poesía en voz alta” de la UNAM participaron Juan José
Arreola y Octavio Paz pero sus concepciones opuestas de la actividad teatral no
llegaron a buen término. Otra de las compañías en las que participa Arreola fue
“Teatro de medianoche”.
En 1945 viaja a París y pisa los tablados parisinos con Louis Jouvet al
que conoció en Guadalajara, durante una de sus giras por México. Arreola
escribió dos obras de teatro La obra de todos (1954) y Tercera llamada ¡tercera!
o empezamos sin usted (1973) aunque en su archivo hay tres obras más de teatro
inconclusas, comentó Orso Arreola.
Como moderadoras de los conversatorios participaron la Jefa de Unidad
de Biblioteca del Centro Universitario del Sur (CUSur), Azucena Rodríguez y la
profesora de la licenciatura en Letras Hispánicas, Claudia Vázquez Aguilar.
Ambas actividades tuvieron como sede Casa Taller Literario Juan José Arreola.
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