Páginas

martes, 1 de noviembre de 2016

El festejo a los muertos




Noé Guadalupe Rodríguez 


Desde la época prehispánica en México, los indígenas han rendido culto a la muerte y la han concebido como una dualidad de vida, parte del ciclo de la naturaleza.

Al llegar los conquistadores, el culto a la muerte se fusionó con la religión católica, dando origen a la tradición del Día de Muertos durante el 1 para amanecer el día 2 de noviembre de cada año. coincidiendo con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos. En estas fechas los mexicanos celebramos a nuestros muertos acudiendo a los panteones para adornarlos con flores, y en nuestros hogares colocamos altares, para que las almas queridas abandonen el más allá y vaguen unos cuantos días por el mundo, visitando a su familia, su casa y amigos.




El altar de Muertos contiene varios elementos entre lo que destaca: alimentos, veladoras, incienso, licor, flores, fotografías, música y objetos personales del difunto; ofrendas que se preparan con respeto por los familiares para recordar a los que se han ido. Calaveras de dulce, pan de muerto, dibujos que se burlan de la muerte; versos que ridiculizan a personajes vivos de las artes, la ciencia o la política son parte de esta tradición y hacen referencia al célebre dicho popular: “el muerto al pozo y el vivo al gozo”.


La Festividad y Tradiciones de Vida y Muerte, tiene como fin lograr la participación activa de la sociedad, ya que participan las familias en el interior de su hogar, así como de instituciones públicas y del privado, en la que se integra la diversidad cultural en la celebración del Día de Muertos, a través de la recuperación de prácticas étnicas tradicionales y contemporáneas, alusivas a esta milenaria tradición mexicana. Aunque se ve primariamente como una festividad mexicana, también se celebra en muchas comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población México-americana, y en una menor medida también se celebra en algunas partes de Latinoamérica.


A pesar de ser un tema morboso, esta festividad se celebra alegremente, y aunque ocurre en fechas cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de todas las Almas, en lugar de sentirse temerosos de espíritus malévolos, el humor en el día de los muertos es mucho más relajado, pero honrando las vidas de los difuntos, los mexicanos tenemos muy buen humor, ya que nos reímos hasta de la muerte, si nos reímos llamándola huesuda, la calaca tilica y flaca, La Parka, la Calavera, La Catrina, el Catrín entre otras, unas en son de burla, otras en son de respeto, pero todas con el humor que nos caracteriza a los mexicanos los siempre alegres y optimistas.


Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México, pueden ser trazados hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y Totonacas, como anteriormente se mencionó, ya que los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.


El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la "Dama de la muerte" (actualmente se podría decir que corresponde con "la Catrina"). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. 


Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las practicas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los Santos es un día después de Halloween, donde este último fue también un ritual pagano de Samhain, el día céltico del banquete de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de católicas con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el Día de Muertos.


Cercana a esta celebración se encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos Los Santos, fiesta religiosa que se celebra en muchos países de tradición cristiana. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después del Pentecostés. En ella se veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario eclesial. Por tradición es un día feriado no laborable.


Existen versiones que señalan que esta fecha fue establecida como una respuesta ante la celebración pagana del 31 de octubre. Pero estas versiones no resultan muy sólidas por cuanto la celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una festividad arraigada en los Estados Unidos de América. En España, dentro de la tradición católica se realiza una visita donde yacen los seres queridos. En México se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan el día 2 por la noche, pudiéndose consumir en ese momento.


Se cree que las almas de niños regresan día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan en día 2 de noviembre. Uno de los símbolos comunes del día de muertos son las calacas; son cráneos que los celebrantes representan con máscaras. Las calaveras de dulce, tienen inscritos los nombres de los difuntos (o en algunos casos de personas vivas en forma de bromas) en la frente, son consumidas por parientes o amigos. Otros platillos especiales del Día de Muertos incluyen al Pan de Muertos, un panecillo dulce hecho a base de huevo que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas, hasta cráneos.


Otra importante actividad que toma esta celebración son las famosas litografías (también llamadas frecuentemente “calaveras”), que constan de versos donde la Catrina (la muerte) bromea con personajes de la vida real, haciendo alusión sobre alguna característica peculiar de la persona en cuestión, y finalizando con frases donde se expone que se lo llevara a la tumba. En la actualidad es común ver litografías en los principales diarios de México, donde se hacen parodias de personajes políticos junto con la catrina en fechas cercanas al 2 de noviembre.


Los planes para la celebración se hacen en el transcurso del año, incluyendo el acopio de las ofrendas que serán expuestas para los muertos. Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores (de rosas, girasoles, etc.), las cuales se cree atraen las almas de los muertos. En el caso de que no se pueda visitar la tumba (ya sea porque ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla) también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muertos, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de veladoras. Altares de muertos de tres niveles: estos representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, cambiando su significado a dos posibles opciones: pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad, según la tradición católica.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario