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jueves, 10 de noviembre de 2016

El Editor de Libros







José Luis Vivar


Las películas sobre escritores -ficticias o no-, abundan en la historia de la cinematografía universal, sin embargo, pocas veces se toca en la pantalla la figura del editor literario. Pese a su importancia, la verdad es que son muy escasas, tal vez porque su labor no sea tan del todo conocida, o porque al igual que los llamados escritores fantasmas –amanuenses que realmente hacen los libros de artistas y políticos-, pasan desapercibidos.


El Editor de Libros (Michael Grandage, 2016), se sitúa en Nueva York, arranca en 1929, y trata sobre la vida de Max Perkins (Colin Firth), editor de la firma Scribner e Hijos, donde tenía grandes escritores como Ernest Hemingway (Dominic West) y F Scott Fitzgerald (Guy Pierce), y cuya fama empezaba a extenderse más allá de las fronteras. Aunque en la película la participación de ambos autores es superficial, no ahonda en esa relación que permitió éxitos literarios como Adiós a las Armas y ¿Por quién Doblan las Campanas? De Hemingway; o A Este Lado del Paraíso y El Gran Gatsby de Fitzgerald.

La cinta básicamente se centra en la relación de Perkins con el escritor Thomas Wolfe (Jude Law) quien a los 29 años tiene un éxito editorial con su voluminosa novela El Ángel que nos Mira, el cual había sido rechazada por otras casas editoriales.

Más que una simple coincidencia, el encuentro entre estos dos personajes evoca el inicio de una relación que se prolongaría por varios años, y que estuvo caracterizada por momentos dulces y amargos. La conflictiva personalidad de Wolfe, dependiente de su amante, la explosiva y dominante Aline Brtstein (Nicole Kidman), contrastaba con el paciente Perkins, quien soportaba desplantes e insultos porque veía el inmenso talento que había en el escritor
Y es que la amistad no se limitaba a aspectos literarios dentro y fuera de una oficina sino que se extendía hasta el hogar del editor. En ese sentido, su Bertha Perkins (Angela Ashton) hijas veían a Wolfe como un miembro más de su familia, situación que él disfrutaba por el cariño que le manifestaban. Aunque por desgracia esto no le impedía ser un rebelde.

Aunque no se especifican fechas, la batalla entre el editor y el escritor comenzó cuando el segundo le entregó el manuscrito de El Tiempo y el Río. Una obra magistral que comprendía muchísimas páginas, y que, a decir de Wolfe, fue mutilada y demasiado editada para publicarse.

A pesar de que Perkins se defendió y negó haber cometido tal atrocidad, lo cierto es que por este incidente el par de amigos no llegó a reconciliarse del todo. La soberbia del escritor y su mala salud se lo impidieron.

Drama complejo e interesante es el Editor de Libros, cuyo guión biográfico estuvo a cargo del dramaturgo John Logan (La Invención de Hugo, Skyfall, Gladiador, El Aviador) Su estreno pasó sin pena ni gloria, tal vez porque no es una película de narcos o de súper héroes. Aun así, las actuaciones son muy buenas y la dirección sobria pero aceptable. Y lo mejor de todo es que resulta ser un homenaje a quien se encarga de convertir de los simples borradores en verdaderos libros, en verdaderas joyas literarias: el editor.


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