>Los conjurados
Ricardo Sigala
El pasado 17 de octubre se llevó a
cabo la premiación del concurso de poesía más importante de la región, los
Juegos Florales de Zapotlán, que se han realizado desde hace casi ocho décadas,
y en cuya historia se registra, ya sea como poetas, como jurado u organizadores,
la participación de personalidades como Juan José Arreola, Carlos Pellicer,
Cristina Pérez Vizcaíno, Alfredo Velasco, Roberto Espinoza Guzmán, Vicente
Preciado Zacarías y Virginia Arreola, entre muchos otros. Los Juegos Florales
de Zapotlán son de los más antiguos del país y su función es la de mantener la
antigua tradición de los trovadores y juglares iniciada en la Francia del Siglo
XIII, animada por la poesía provenzal.
En
esta ocasión, el jurado constituido por Orso Arreola, Alejandro Aquino y Miguel
Ángel López Barajas, eligió de entre treinta cuatro participantes de todo el
país, como ganador a Emanuel Aguilar Rocha por su poema “Apología”, en tanto
que se otorgó una mención honorífica a Alejandro Arenas por su trabajo titulado
“En la noche viene la muerte”. Varias cosas tienen en común estos dos poetas:
ambos son muy jóvenes escritores, rondan
los 23 años, y están comenzando su carrera literaria; los dos forman parte del
taller literario independiente Los náufragos de la palabra; ambos emigraron a
nuestra ciudad para estudiar Letras, Emanuel Aguilar desde San Gabriel, y
Alejandro Arenas desde Comalcalco, Tabasco; los dos, a pesar de su juventud,
muestran un trabajo literario sólido que genera expectativas respecto al
desarrollo de la poesía local.
Los
premios literarios suelen ayudar a hacer el diagnóstico del estado en que se
encuentra la literatura que se produce en el ámbito de su influencia. En el
caso de los Juegos Florales de Zapotlán el Grande, podemos percibir una serie
de tendencias que se han dado en la última década. Una tiene que ver con el
lugar de origen de los ganadores, de los últimos diez, dos no estaban
avecindados en Ciudad Guzmán: en 2007 y 2008 el primer lugar se fue a Michoacán
y a Nayarit, respectivamente; sin embargo, los últimos ocho ganadores han sido
escritores que radican en nuestra región, lo que habla de un importante
presencia de los poetas del sur de Jalisco.
Otra cosa que es importante
destacar es el papel que la Universidad de Guadalajara juega en este fenómeno,
pues los ocho más recientes ganadores de los Juegos Florales de Zapotlán son o
fueron universitarios en activo en el momento de la obtención del premio. Tres
académicos: Alfredo Cortés, profesor de la Escuela Preparatoria de Zapotiltic,
Lizeth Sevilla, actual coordinadora de la Maestría en Estudios
Socioterritoriales, y un profesor de la carrera de Letras Hispánicas; y cinco
alumnos: Damián Covarrubias, de la carrera de medicina, Edgar Chávez, Alejandro
von Düben, Julio César Espíritu y Emanuel Aguilar Rocha, todos estudiantes o
egresados de Letras Hispánicas, todos estos avecindados en Ciudad Guzmán pero
algunos venidos de otras poblaciones como Chapala, Gómez Farías o San Gabriel.
Lo anterior ubica a nuestra región
y en particular a Zapotlán el Grande como un polo, quizás aún incipiente pero
ya con evidencias, de generación de escritura literaria. Varios factores han
influido en esto, de los cuales habrá que mencionar la existencia de talleres
literarios independientes, y la influencia que ejercen instituciones como la
Casa de la Cultura, la Casa Taller Juan José Arreola y en especial la
Licenciatura en Letras hispánicas del CUSur. Gracias a esta dinámica Zapotlán
el Grande ya no es sólo el núcleo de donde han salido muchos de los artistas
más influyentes de la cultura nacional, sino que ahora se puede pensar también
en Ciudad Guzmán como una zona en la que artistas de otra regiones vienen a
formarse.
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